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sábado, 15 de septiembre de 2012

LAS PROFUNDIDADES DE SATANÁS EN LA COSA LLAMADA 'IGLESIA' (Charles E. Newbold Jr. – El Sistema de la Iglesia Ramera)


... Los fariseos eran una parte inseparable del sistema de la sinagoga en los tiempos de Jesús y eran conocidos por su legalismo; su ambición de poder, posición, reconocimiento y dominio; su altivez; su justicia propia e hipocresía; su estilo de vida egoísta; y sus intenciones homicidas.

¿Qué tenemos que decir de los clérigos de la Cristiandad de hoy que son igualmente legalistas; que ambicionan poder, posición, reconocimiento, y dominio; que son altivos, justos por sí mismos, hipócritas y egoístas; y que tienen intenciones homicidas en sus corazones? ¿Podrían ser los fariseos modernos en las iglesias?

Conecta conmigo. Si los líderes de esa Cosa en la que tú estás y que tú llamas iglesia, tienen las marcas de los fariseos, entonces están en la carne y buscan algo para sí mismos. Son la sinagoga de Satanás. Si tu participas, compartes, y tienes tu comunión con ellos en ese sistema idolátrico, lo más probable es que el sistema esté también en tu corazón. Si ese es el caso, entonces tú eres también la sinagoga de Satanás con ellos. Satanás tiene su sinagoga y Jesús tiene su asamblea de los-llamados-fuera. Somos los-llamados-fuera para reunirnos con Él. Él formó un pueblo. Él está edificando Su templo y está hecho de piedras vivas. Hemos de unirnos solo a Él. Bill Shipman dice, “Si estamos unidos, sometidos, comprometidos, o en pacto con cualquiera o con cualquier cosa diferente del Señor Jesús, estamos cometiendo adulterio espiritual.”...

...Cuando llegamos a esta Cosa que llamamos iglesia, en la mayoría de los casos, Satanás se ha posicionado a sí mismo y su trono en medio de ella.  ¡Tenemos que ver esto! Su engaño es tan grandioso que ni siquiera sabemos que podemos estar sirviéndole en medio de nuestro servicio a Cristo. “El mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.” 2ª Cor. 11:14. Él es una luz falsa llena de engaño y de profunda oscuridad. Esta Cosa que llamamos iglesia vela los ojos de los que permanecen como parte de ella. Las personas son tan engañadas por esta oscuridad, que se han convertido inocentemente en dispensadoras de ello. La iglesia, en toda su oscuridad, es la ramera que falsifica a la verdadera novia...

El sistema de la iglesia ramera brota de los que tienen a la Babilonia espiritual en sus corazones. Esta Babilonia es la gran ramera que se sienta sobre muchas aguas. “Muchas aguas”, incluye a todos los pueblos de todas las naciones en todas las iglesias denominacionales y no denominacionales que practican la fornicación de iglesia.


Capítulo 17 –Las Profundidades de Satanás


“¡Cómo caíste del cielo, Oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas subiré y seré semejante al Altísimo.” Isaías 14:12-13

LA MORADA DE SATANÁS

Hay varias cosas de interés que se revelan en los versículos de la Escritura de Isaías que mencionamos arriba. Primero, apreciamos que junto esta referencia a Lucifer, quien creo que es Satanás, está el contexto de la profecía de la caída del rey de Babilonia y de la destrucción de Babilonia. Isaías 14:3-11, 22-23. Si quitamos los subtítulos y los capítulos y versículos que han sido dados arbitrariamente a estos versículos, se leen como un pasaje continuo, por tanto, enlazando a Lucifer con Babilonia como el rey de Babilonia.

En segundo lugar, apreciamos que Lucifer tuvo cinco jactancias, cinco “Yo quiero”. Busca usurpar el lugar de Dios en el cielo, exaltar su trono por encima de las estrellas, sentarse sobre el monte de la congregación a los lados del norte, ascender por encima de las alturas de las nubes, y ser como el Altísimo. Babilonia va de esto—la exaltación del Yo. Es todo aquello que maquina la mente carnal.

En tercer lugar y muy particularmente, Lucifer dijo que se sentaría sobre el monte de la congregación a los lados del norte. El Salmo 48:2 nos permite saber que “los lados del norte” se refieren al Monte Sión. “Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra es el Monte de Sión, a los lados del norte, la ciudad del gran Rey.” El “gran Rey” en este versículo se refiere a Yaveh, que es Jesús. Salmos 2:6 declara, “He puesto mi Rey sobre Sión, mi santo monte.” Sión es la morada de Dios (Salmos 9:11) y es “la ciudad del gran Rey”. Sión es también un tipo del remanente santo de Dios. “Acuérdate de tu congregación, la que adquiriste desde tiempos antiguos, la que redimiste para hacerla la tribu de Tu herencia; este Monte de Sion, donde has habitado.” Salmos 74:2. También leemos, “Los que confían en Jehová son como el Monte de Sion.” Salmos 125:1. Lucifer intentó desde el principio, sentarse como la cabeza de la congregación del pueblo de Dios.

Israel fue la congregación del pueblo de Dios, como lo son todos los creyentes verdaderos en Cristo en este día. Lucifer buscó ser la cabeza de Israel entonces, igual que ahora busca ser la cabeza del cuerpo de Cristo en este día. Lucas 4:13 dice: ”Y cuando hubo acabado toda tentación, se apartó de Él (Jesús) por un tiempo.” Pero solo por un tiempo—Satanás no pierde tiempo en engañar, si fuera posible, a los elegidos de Dios. Mat. 24:24. Su conquista de las iglesias no debería ser ninguna sorpresa para nosotros.

Leemos en el libro de Apocalipsis cuánto se involucró Satanás en las tres asambleas de los-llamados-fuera que menciona ahí. Él, no Jesús, estaba gobernando en sus corazones. Jesús estaba en pie, llamando desde fuera de la puerta, hablando espiritualmente, de la ekklesía de Laodicea diciendo: ”Si alguno oye Mi voz, y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo.” Apocalipsis 3:20.


EL TRONO DE SATANÁS

El Señor Jesús instruyó al apóstol Juan a escribir a los-llamados-fuera en Pérgamo diciendo: “El que tiene la espada aguda de dos filos, dice esto: Yo conozco tus obras, y donde moras, donde está el trono de Satanás.” Apocalipsis 2:12-13. La interpretación de esta frase, donde está el trono de Satanás, no está clara. ¿Está el trono de Satanás en medio de la asamblea de los-llamados-fuera? ¿Tiene él este trono en la misma ciudad donde ellos están? ¿O se refiere a qué simplemente hay personas en la asamblea en Pérgamo que representan las acciones de Satanás? Dice que este trono está ahí y después dice que él mora allí. Esto concuerda con la propia aspiración de sentarse sobre “el monte de la congregación, en los lados del norte.”  Cualquiera que sea el caso, él despertó la persecución entre ellos. Jesús alabó a los que levantaron Su nombre y no negaron la fe. Sin embargo, Él tenía unas cuántas cosas contra ellos porque tenían entre ellos a los que seguían las enseñanzas de Balaam y los Nicolaítas.

Satanás estaba en medio de todo esto. Sería ingenuo pensar que Satanás pudiera estar en otro lugar. Su misión siempre ha sido hacer la guerra contra Jesucristo, el Hijo del Dios viviente, y contra Su asamblea de los-llamados-fuera. Cualquier otra cosa que él haga en este mundo, la hace para poder avergonzar, usurpar o destronar a Jesús, o robarle su herencia en los santos. Efesios 1:18. Satanás no establecerá su  trono fuera de los campamentos del pueblo de Dios a menos que deba. Lamentablemente, por causa de los corazones carnales de ramera de la gente, él ha recibido carta libre para acampar a sus anchas. Él se coloca a sí mismo tan cerca del centro del pueblo de Dios como pueda.


LAS PROFUNDIDADES DE SATANÁS

Jesús comenzó Su mensaje a través de Juan a los-llamados-fuera de Tiatira reconociendo sus obras, amor, servicio, fe, paciencia y que sus últimas obras eran más que las primeras. Después dijo que Él estaba contra ellos por tolerar a esa mujer Jezabel, que se llamaba a sí misma profetisa. Ella enseñaba y seducía a Sus siervos a cometer fornicación y comer cosas sacrificadas a los ídolos. Jesús le había dado tiempo para arrepentirse, pero no lo hizo. Consecuentemente, Él dijo que la arrojaría a un lecho de enfermedad, y arrojaría a los que cometían adulterio con ella, a gran tribulación; eso es, a menos que se arrepintieran de sus obras. Aún más, Jesús dijo que mataría a los hijos de Jezabel con muerte para que todos los-llamados-fuera supieran que Él es el que escudriña los corazones de los hombres y da a cada uno según sus obras. Los hijos espirituales de Jezabel son los que la siguen en su engaño e idolatría. Jesús hizo una distinción aquí entre los hijos de Jezabel y los-llamados-fuera Suyos propios. Después Jesús dijo que no pondría ninguna otra carga sobre el resto de ellos en Tiatira, “a cuántos no tienen esa doctrina (enseñanza), y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás.” Apocalipsis 2:18-19.

Que hubiera en la asamblea de los-llamados-fuera en Tiatira quienes no conocían las cosas profundas de Satanás, sugiere que sí había quienes las conocían. Estos eran los que se dejaban seducir por Jezabel para cometer fornicación y cosas sacrificadas a los ídolos.

Jesús encargó a los que no habían conocido estas cosas profundas de Satanás, que retuvieran lo que tenían hasta que El viniera. ¿Por qué les habría dicho que retuvieran lo que tenían? Porque lo que tenían podía ser fácilmente quitado de ellos mediante engaño. Este espíritu de Jezabel es muy seductor y engañoso.

Jezabel estaba en la asamblea de los-llamados-fuera de Tiatira y tenía seguidores. Estaba enseñando cosas que Jesús llamó “las profundidades de Satanás”. Nada podía estar más claro. SI estas Cosas que llamamos iglesia son extensiones idolátricas del yo-adoración de la carne-entonces los que gobiernan sobre ellas practican la brujería y están bajo el control de los espíritus de brujería, y si están bajo la brujería, entonces ellos también están involucrados en las profundidades de Satanás.


SINAGOGAS DE SATANÁS

Cuando Jesús encargó a Juan que escribiera a las asambleas en Esmirna y Filadelfia, El mencionó a los que blasfemaban al llamarse a sí mismos judíos, de los cuales, Jesús clarificó que no eran judíos, sino de la sinagoga de Satanás. Apocalipsis 2:8-9; 3:7-9. Jesús podía haberse referido a algunos Judaizantes que podrían haber penetrado en las filas de los creyentes allí, pero es más probable que Él se estuviera refiriendo a los judíos inconversos que calumniaban a los creyentes en estas ciudades.

Jesús dijo que aquellos que falsamente se llamaban a sí mismos Judíos eran la sinagoga de Satanás. De la misma manera en que los creyentes son el templo del Espíritu Santo, ellos eran la sinagoga (lugar de reunión) de Satanás—no sus edificios, creencias o actividades. Él dijo que ellos blasfemaban llamándose a sí mismos Judíos.

Pablo dijo que los verdaderos Judíos son los seguidores de Jesús. “Pues no es judío el que los es externamente, ni es la incircuncisión la que se hace externamente en la carne, sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra, la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.” Rom. 2:28-29.

Eran la sinagoga de Satanás porque se oponían y perseguían a los seguidores de Jesús. Se habían propuesto de antemano en las sinagogas que cualquier hombre que confesara que Jesús era el Cristo, fuera expulsado de la sinagoga. Juan 9:22.Tanto énfasis se ponía en pertenecer a la sinagoga que era muy vergonzoso ser expulsado de ella. Se culpaba y avergonzaba como un medio de manipular, controlar, dominar y poseer a los votantes de la sinagoga, como se hace hoy día en las iglesias. Es una afirmación muy dura, pero cualquiera que permita que la carne gobierne en lugar del Espíritu Santo, ése es también la sinagoga de Satanás.


EL PATRÓN VERDADERO

Casi todo el mundo está de acuerdo con que el sistema de la iglesia desde su nacimiento después del primer siglo D.C., ha seguido el patrón del sistema de la sinagoga de la religión judía. La palabra sinagoga literalmente significa reunión. Era el lugar de reunión de los Judíos para leer y explicar las sagradas escrituras y orar, pero se terminó convirtiendo más que en un lugar de reunión. Se convirtió en un edificio y en una institución, como lo es la iglesia hoy. Hay algunas similitudes entre la sinagoga y los sistemas de iglesia que aparecen en las notas de final del capítulo con algunos comentarios personales. {23}.

Los fariseos eran una parte inseparable del sistema de la sinagoga en los tiempos de Jesús y eran conocidos por su legalismo; su ambición de poder, posición, reconocimiento y dominio; su altivez; su justicia propia e hipocresía; su estilo de vida egoísta; y sus intenciones homicidas.

¿Qué tenemos que decir de los clérigos de la Cristiandad de hoy que son igualmente legalistas; que ambicionan poder, posición, reconocimiento, y dominio; que son altivos, justos por sí mismos, hipócritas y egoístas; y que tienen intenciones homicidas en sus corazones? ¿Podrían ser los fariseos modernos en las iglesias?

Conecta conmigo. Si los líderes de esa Cosa en la que tú estás y que tú llamas iglesia, tienen las marcas de los fariseos, entonces están en la carne y buscan algo para sí mismos. Son la sinagoga de Satanás. Si tu participas, compartes, y tienes tu comunión con ellos en ese sistema idolátrico, lo más probable es que el sistema esté también en tu corazón. Si ese es el caso, entonces tú eres también la sinagoga de Satanás con ellos. Satanás tiene su sinagoga y Jesús tiene su asamblea de los-llamados-fuera. Somos los-llamados-fuera para reunirnos con Él. Él formó un pueblo. Él está edificando Su templo y está hecho de piedras vivas. Hemos de unirnos solo a Él. Bill Shipman dice, “Si estamos unidos, sometidos, comprometidos, o en pacto con cualquiera o con cualquier cosa diferente del Señor Jesús, estamos cometiendo adulterio espiritual.”

Mucho de lo que Jesús enseñó estaba en contradicción con los que los fariseos enseñaban. De forma figurada apuntó con su dedo a los fariseos, declarando a Sus discípulos, “¿Los veis? Lo que dicen y hacen no es lo real. ¡Mirádme! Yo soy el camino y la verdad y la vida.” Hemos formado  lo que llamamos iglesia conforme al patrón del sistema de la sinagoga de los hombres. La novia de Cristo nunca puede ser definida por sistemas, instituciones, edificios, órdenes gubernamentales, programas, fórmulas, credos, doctrinas, rituales, y letanías. La asamblea de los-llamados-fuera es un pueblo que se ha formado conforme al patrón de la persona de Jesucristo. Sólo Él es el gobernador y el gobierno del Reino de Dios. Isaías 9:6.

Cuando llegamos a esta Cosa que llamamos iglesia, en la mayoría de los casos, Satanás se ha posicionado a sí mismo y su trono en medio de ella.  ¡Tenemos que ver esto! Su engaño es tan grandioso que ni siquiera sabemos que podemos estar sirviéndole en medio de nuestro servicio a Cristo. “El mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.” 2ª Cor. 11:14. Él es una luz falsa llena de engaño y de profunda oscuridad. Esta Cosa que llamamos iglesia vela los ojos de los que permanecen como parte de ella. Las personas son tan engañadas por esta oscuridad, que se han convertido inocentemente en dispensadoras de ello. La iglesia, en toda su oscuridad, es la ramera que falsifica a la verdadera novia.

El sistema de la iglesia ramera brota de los que tienen a la Babilonia espiritual en sus corazones. Esta Babilonia es la gran ramera que se sienta sobre muchas aguas. “Muchas aguas”, incluye a todos los pueblos de todas las naciones en todas las iglesias denominacionales y no denominacionales que practican la fornicación de iglesia.


FUERA DEL CAMPAMENTO

El sistema de la iglesia ramera no puede arreglarse. Nunca podrá ser redimido. Es carne y toda la carne se halla bajo el dominio de Satanás. El pueblo de Dios—los que somos llamados por Su nombre y no dejamos que nadie nos llame por otro nombre—debemos salir de Babilonia. Somos redimidos por la sangre del Cordero, unidos sólo a Él, bautizados en Su muerte y levantados en Su resurrección. Estamos inmersos en el Espíritu Santo y somos guiados por el Espíritu Santo. Sólo Él es el Señor de nuestras vidas. Estamos sujetos unos a otros en el espíritu de la humildad y del amor.

Bob Hughey escribe, “Dios está buscando a un pueblo, no un lugar. Su programa de construcción está hecho de piedras vivas, no de bloques de hormigón, madera y clavos. Está buscando y levantando a un pueblo de fe, no alguna reunión teológica que surja con una declaración de fe. No está comenzando un nueva organización sin ánimo de lucro. Está trayendo a la vida un organismo con verdaderos apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, cada uno en el cuerpo, ministros.  No busca a un pueblo conocido por su doctrina, el nombre de su pastor, la localización, sino levantando a un pueblo conocido por su amor por Él y los unos por los otros. No está buscando a un pueblo atado por tradiciones, sino que está levantando un pueblo libre en Jesús y siendo guiado por Su Espíritu Santo. 24

“Por lo cual, también Jesús, para santificar al Pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Salgamos, pues, a Él, fuera del campamento, llevando su vituperio.” Hebreos 13:12-13.

Notas


23 Fuentes de información basadas en hechos y mencionadas más abajo, se obtuvieron del Harper’s Bible Dictionary y de la Nelson’s New Illustrated Bible Dictionary, s.v. “sinagoga”.

Origen. El origen de la sinagoga como institución es incierto. Aunque las sinagogas no son específicamente mencionadas en el Antiguo Testamento, surgieron en algún momento después de que Judá fuera llevada al cautiverio Babilónico en el siglo sexto A.C. Babilonia es el lugar donde surgieron más probablemente. En los tiempos del Nuevo Testamento, las sinagogas ya eran numerosas y estaban jugando un papel más importante en la vida comunitaria. Eran centros sociales para las actividades judías y escuelas para los niños. Puede que se usaran como juzgados locales y para los castigos. Al menos Jesús predijo que harían tales cosas en las sinagogas, contra aquellos a quienes Él enviaría. Mateo 10:17, 23:34. En cuanto se refiere a la evidencia de las Escrituras, no existe mención por parte de Dios instituyendo las sinagogas, tal y como Jesús no instituyó la iglesia tal y como la conocemos hoy.  Tanto la sinagoga como la iglesia, sean cuales sean las buenas intenciones de servicio que tengan, siguen siendo las instituciones de los hombres y el resultado de las tradiciones de los hombres.

Edificios. Los judíos probablemente habrían hecho la sinagoga en casas, pero las evidencias atestiguan que levantaron edificios para ellos al principio. Los restos de una de ellas se han encontrado en Alejandría, Egipto, probablemente datada alrededor del año 230 A.C. Muchas sinagogas judías estaban bien establecidas por todo el Imperio Romano, y también había sinagogas en Jerusalén en los tiempos de Jesús. El tipo arquitectónico más antiguo utilizado era la basílica. La basílica constaba de una nave central (la parte principal), con un ábside semicircular (una proyección del edificio), dos o cuatro filas laterales, un vestíbulo o zona de entrada, y muros altos  con ventanales sobre la nave. La Torá estaba colocada en un arca sobre una plataforma donde también se hallaban las lámparas y un atril.

Muchas iglesias siguen ese patrón del estilo arquitectónico de la basílica. Los únicos edificios que Dios mandó fueron el Tabernáculo de Moisés, que era una tienda portátil con una serie de artículos en su interior, y el Templo de Salomón. Éxod. 25:8-9 y 1ª Crón. 28. Los cristianos no comenzaron a construir sus propios lugares de adoración hasta que el emperador Constantino se convirtió alrededor del año 325 D.C. y tras cristianizar a todo el Imperio Romano.

Asientos. La gente joven se sentaba en la parte trasera, y los mejores asientos, reservados al frente, eran para los ancianos. Jesús condenó esa orgullosa ambición por destacar en Mateo 23:6. En referencia a los escribas y los fariseos, Él dijo que amaban los asientos principales en las sinagogas. Hoy, el clero sigue amando los principales asientos en sus congregaciones. Esos asientos en los púlpitos son típicamente elaborados, grandes y tapizados para la realeza.

Oficiales. Una sinagoga no podía formarse a menos que hubiera al menos diez hombres judíos en la comunidad. Jesús dijo que donde dos o más se reunieran en Su nombre, Él estaría en medio de ellos. Mateo 18:20. Las sinagogas tenían un grupo de ancianos respetados y devotos, quienes regulaban las políticas de la sinagoga. Los gobernadores cuidaban del edificio y planeaban los servicios. Un ministro estaba a cargo de los rollos sagrados, cuidaba de las lámparas, mantenía limpio el edificio, impartía la correspondiente disciplina y enseñaba a los niños durante la semana. El gobernante nombraba a un delegado de la congregación para leer la lección de las Escrituras, dirigir la oración y predicar o comentar sobre la Escritura. La Torá estaba escrita en Hebreo antiguo, por lo que a menudo se necesitaba un intérprete. Dos o tres personas encargadas de distribuir la caridad, tomaban el dinero u otras cosas que  necesitasen para los pobres.

El hecho de que Jesús habitualmente fuera a la sinagoga, leyera del rollo y enseñara, no indica una aprobación del sistema de la sinagoga. Lucas 4:16-20 dice que Jesús incluso fue echado de la sinagoga. En Mateo 10:17 y 13:54, Jesús y Mateo se refirieron a ellas como sus sinagogas.

Hay diferentes tradiciones de iglesias Cristianas con variaciones en cuanto a estos oficiales. En los sistemas presbiterianos, el grupo de los ancianos gobierna con los pastores. Son los equivalentes al ministro de la sinagoga. Los diáconos o los ujieres son los equivalentes a los que distribuían la caridad. Los oficiales gobernantes pueden ser llamados diáconos, como en la tradición bautista, o puede ser sacerdotes en la tradición episcopal.

Pablo reconocía que Dios dio a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, otros, pastores (supervisores-ancianos), y a otros maestros. La versión inglesa King James utilizaba el término “oficio”, aunque debía haber sido traducido como servicio. Rom. 11:13; 12:4; 1ª Tim. 3:1, 3:10 y 3:13. La idea del ministerio como oficio o posición, es ajena al pensamiento del Nuevo Testamento. No es un término del Nuevo Testamento o una distinción. Estos son funciones-actos de servicio-en el cuerpo de Cristo. No existen tales “posiciones” en el Reino de Dios, solo en los reinos de los hombres.

Orden de la adoración. Antes del servicio, el ministro colocaría la Torá en el atril y la enrollaría en la lectura del día. Este servicio comenzaba con la Shema-el pasaje de Deuteronomio 6:4-9. El orador del día dirigiría la oración, mirando hacia Jerusalén, con los manos extendidas—después de lo cual, la gente diría “Amen”. Permanecía de pie para leer la lección del día, y se sentaría para dar un sermón sobre ella. Lucas 4:20. Después, si un sacerdote estaba presente, pronunciaría la bendición a lo que la gente le contestaría, “Amen”. Si no hubiera un sacerdote presente, alguien ofrecería una oración para cerrar la reunión. Las Escrituras siguen leyéndose y los sermones siguen predicándose en las iglesias hoy como en las sinagogas, siguiendo las lecturas preceptivas de la semana.

Este formato está en directa contradicción con la reunión de los creyentes dirigidos por el Espíritu Santo en el Nuevo Testamento, y que iban de casa en casa. La reunión corintia aparece en 1ª Cor. 14:26. “¿Qué hay pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación.” Las asambleas del Nuevo Testamento se caracterizaban por la existencia de los dones equipadores de los ministerios de apóstoles, profetas, evangelistas, pastores (ancianos) y maestros; por la pluralidad de los ancianos; por la operación de todos los dones del Espíritu Santo; y por el mutuo reconocimiento de la contribución de unos a otros en el cuerpo de Cristo. Jesús dijo que el Padre buscaba a los que le adorarían en Espíritu  y en verdad (Juan 4:23-24), no conforme a un boletín o a un ritual muerto.


Estoy convencido más allá de toda duda, que si Jesús tuviera que entrar en la mayoría de las iglesias hoy, Él sería tratado de forma muy parecida a como le trataron en las sinagogas de Su día. La diferencia entre aquello a lo que Él nos llama a nosotros y lo que tenemos en la iglesia hoy,  es impresionante.

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