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viernes, 3 de agosto de 2012

¡¡¡ACORDAOS DE LA MUJER DE LOT!!! (Las Tinieblas de Afuera, lugar de vergüenza para creyentes tibios) (E.V. Génesis, Witness Lee)














NOTA: 
Dada la transcendencia del mensaje, sobrio y solemne para el momento actual
nos hemos decidido por su transcripción íntegra.

El concepto fundamental de este mensaje se resume en que 
una persona salva y genuina enfrenta la posibilidad de quedar avergonzada.
Los creyentes que, al igual que la gente mundana, viven en el mundo y buscan preservar su alma, la vida de su alma, serán avergonzados como la esposa de Lot, y perderán su alma cuando vuelva el Señor (Lc. 17:28-33). 
La mayoría de los creyentes están en esta categoría
Son creyentes, pero viven como la gente mundana, yendo de compras y vistiéndose como lo hace la gente del mundo. Puesto que ellos viven y andan como la gente del mundo, 
no hay ninguna diferencia entre ellos y la gente mundana.
Hoy en día, así como los contemporáneos de Noé y los de Lot, muchos cristianos están embotados y confusos, pues han perdido el sentido de las cosas de Dios. Incluso algunos enseñan que los creyentes pueden ser arrebatados mientras juegan fútbolPero la Palabra santa enseña que cuando el Señor vuelva, El no tomará a ningún santo que siga participando en las diversiones mundanas.

ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

MENSAJE CINCUENTA Y TRES

VIVIR EN COMUNION CON DIOS:
UNA COLUMNA DE SAL

(http://www.librosdelministerio.org/books.cfm?id=3D06CB09)


El mensaje anterior estaba relacionado con Lot, un justo derrotado. En este mensaje llegamos a la mujer de Lot, que se volvió una columna de sal (19:26). Génesis 19 probablemente es el único pasaje que habla de una columna de sal en la historia humana, y debemos considerar eso con mucha atención. Esta columna de sal no fue creada por Dios. Es muy significativo ver que en las duras palabras que el Señor Jesús pronunció en Lucas 17, El les dijo a quienes le preguntaba acerca de la venida del reino: “Acordaos de la mujer de Lot” (Lc. 17:32). En cierto sentido, el Señor parecía decir a Sus discípulos: “No habléis del reino. Más bien, debéis reconocer cómo será la era cuando venga. Será semejante a los días de Noé y a los días de Lot. Ambas épocas prefiguran los días de Mi venida”. Por consiguiente, en las palabras duras, solemnes y sobrias del Señor, se mencionan tres eras: la era de Noé, la de Lot y la del regreso del Señor.

Cuando hablamos de Noé en mensajes anteriores en este estudio-vida, hicimos notar que él vivía en una era confusa, y que la gente de su era estaba confundida, embotada y aturdida por sus apetitos y placeres perversos. No obstante, en Lucas 17:27, al referirse a los días de Noé, el Señor mencionó el matrimonio; pero cuando habló de los días de Lot, no mencionó el matrimonio, porque en Sodoma el matrimonio se había deteriorado totalmente, y la gente se complacía en sus apetitos sodomitas. En Lucas 17:28 y 30 el Señor dijo: “Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban... así será el día en que el Hijo del Hombre sea revelado”. Después de decir esto e inmediatamente antes de exhortarnos a recordar la esposa de Lot, el Señor dijo: “En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva a las cosas que dejó atrás” (Lc. 17:31). En Palestina las casas tenían techos planos. El Señor estaba diciendo en otras palabras: “Si estáis en la terraza de vuestra casa cuando Yo vuelva, no descendáis para tomar vuestras posesiones. Si lo hacéis, os quedaréis. Si trabajáis en el campo, no regreséis a casa. Debéis olvidaros de todo, excepto de Mí. Inmediatamente después de estas palabras, el Señor dijo: “Acordaos de la mujer de Lot”.
Hoy en día, así como los contemporáneos de Noé y los de Lot, muchos cristianos están embotados y confusos, pues han perdido el sentido de las cosas de Dios. Incluso algunos enseñan que los creyentes pueden ser arrebatados mientras juegan fútbol. Pero la Palabra santa enseña que cuando el Señor vuelva, El no tomará a ningún santo que siga participando en las diversiones mundanas. Los cristianos somos la labranza de Dios, la cual crece con Cristo como la simiente de vida (Mt. 13:3-8, 18-23). Ningún cristiano maduro en vida sigue participando en los esparcimientos mundanos. El Señor no cosechará en el campo a los cristianos que siguen participando en las diversiones mundanas, puesto que no han madurado y todavía están verdes y crudos. Los cristianos confusos de hoy deben escuchar esta sobria palabra.

4) Una columna de sal

Encontramos el relato de la esposa de Lot, la cual se convirtió en columna de sal, en la sección sobre vivir en comunión con Dios. Esta sección de Génesis abarca los capítulos del dieciocho al veinticuatro y es el relato de una vida en comunión con Dios, pero incluye el relato oscuro de un salvo derrotado, de su esposa y sus dos hijas. Lot tenía más hijas además de las dos que aquí se mencionan, pero cuando los ángeles llegaron a Sodoma, no pudieron encontrar a las demás. Dice en Génesis 19:15: “Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad”. Los ángeles parecían decir: “Lot, sólo pudimos encontrar a dos de tus descendientes. Dios nos mandó para rescatarte a ti y a toda tu familia, pero sólo encontramos a éstas. Nuestra misión es destruir la ciudad. Ahora tú, tu esposa y tus hijas deben escapar”. El versículo siguiente dice que Lot se demoraba. El original nos muestra que no sólo Lot se demoraba, sino que vacilaba, sin intención de abandonar la ciudad. Su vacilación condujo a los ángeles a asir de su mano, y de la mano de su mujer, y de las manos de las dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. Cuando los ángeles sacaron a estos cuatro de la ciudad, dijeron: “Escapa por tu vida; no mires tras ti” (v. 17). Pero el versículo 26 dice que “la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió columna de sal” (heb.). La esposa de Lot fue salva, pues fue librada de la ciudad y se salvó de la destrucción, pero a  pesar de ser salva, se convirtió en columna de sal. Es evidente que no es bueno convertirse en columna de sal; al contrario, es una vergüenza.
Como he dicho repetidas veces, el libro de Génesis contiene las semillas de casi todas las verdades divinas. La columna de sal mencionada en Génesis 19:26 también puede ser considerada como una semilla. El desarrollo de ésta se halla en Lucas 17:32, donde el Señor nos exhorta a recordar la esposa de Lot, y en 1 Juan 2:28, donde vemos que podemos ser avergonzados cuando aparezca el Señor. La cosecha se encuentra en Apocalipsis 16:15, donde el Señor dice: “He aquí, Yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza. El Señor vendrá como ladrón, sin previo aviso. Si en aquel tiempo nuestra desnudez queda expuesta, seremos avergonzados. Por consiguiente, la semilla de ser avergonzado se siembra en Génesis 19, se desarrolla en Lucas 17 y 1 Juan 2, y se cosecha en Apocalipsis 16. En este mensaje tengo la carga de que ustedes reciban una vívida impresión de que el libro de Génesis no tiene solamente la semilla de Abraham, sino también de Lot y de su esposa, que se convirtió en una columna de sal, una señal de vergüenza.
El concepto fundamental de este mensaje se resume en que una persona salva y genuina enfrenta la posibilidad de quedar avergonzada. No hagan caso a las enseñanzas confusas de esta era. En el cristianismo actual, muchas enseñanzas aturden a la gente, y los que absorben estas enseñanzas ni son sobrios en su mente ni viven en su espíritu. En este mensaje debemos oír una palabra seria de parte del Señor, una palabra que modere nuestra mente y vivifique nuestro espíritu.

a) La mujer de Lot

Como ya dijimos, no cabe la menor duda de que la esposa de Lot fue salva de la destrucción. Este hecho se revela tan claramente que nadie lo refuta. Sin embargo, como vimos, ella miró atrás, a espaldas de su marido, y se convirtió en una columna de sal. El hecho de que caminaba detrás de su esposo indica que ella tenía aún menos ganas que su marido de abandonar a Sodoma y que no estaba contenta de seguirlo ni de abandonar la ciudad. Si ella se hubiera alegrado de huir de Sodoma, habría caminado al lado de su esposo. Aun antes de mirar atrás y convertirse en una columna de sal, ya estaba detrás de su marido. Aprovecho este incidente para dirigirme a las esposas. Cuando se trata de cometer un pecado, es bueno que una mujer esté renuente a seguir a su marido, pero en cuanto a las cosas de Dios, no es bueno que ella se demore en seguirlo. En lo pertinente a las cosas de Dios, lo mejor que puede hacer una esposa es estar de acuerdo con su marido y acompañarlo. Esposas, en las cosas de Dios, no se queden atrás de sus maridos. Si lo hacen, podrían sufrir y convertirse en una columna de sal como le ocurrió a la esposa de Lot. Esta es una advertencia para todos nosotros.
El hecho de que la esposa de Lot se convirtiera en una columna de sal significa que ella había perdido su función y, por ende, llegó a ser una señal de vergüenza. La sal es muy útil cuando se ha pulverizado. Cuanto más fino sea el grano de sal, más útil es. Pero nadie usa la sal en forma de estatua o columna. El Señor Jesús dijo que nosotros los salvos y regenerados somos la sal de la tierra (Mt. 5:13). Nuestra función consiste en matar a los microbios de este mundo corrupto. No obstante, si llegamos a ser insípidos (Lc. 14:34), entonces igual que la esposa de Lot, habremos perdido nuestra función. La esposa de Lot, por ser miembro del pueblo de Dios, debía haber estado llena del sabor salado y capaz de matar los microbios de la corrupción a su alrededor, pero ella perdió su sabor y su función. Ella fue una señal de vergüenza.
Al escribir el libro de Génesis, el Espíritu de Dios no quiso dar el nombre de la mujer de Lot. El nombre de la esposa de Abraham, Sara, se menciona muchas veces, pero no se menciona el nombre de la mujer de Lot, pues no merece ser recordado. Esta pobre santa andaba rezagada con relación a su marido y miró atrás hacia la ciudad de Sodoma. Quizás haya mirado atrás pensando en sus hijos, su casa y demás pertenencias. Todas sus pertenencias habían quedado allí en Sodoma. Sus intereses, su corazón, sus deseos y su alma seguían allí, pese a que su cuerpo había sido sacado de esa ciudad. En consecuencia, por haber mirado atrás hacia ese lugar, el Señor la transformó en una columna de sal como advertencia y ejemplo para todos nosotros.
En Lucas 17 el Señor usó la esposa de Lot como advertencia para Sus discípulos. No obstante, son pocos los cristianos que toman en cuenta esta advertencia en su vida diaria. No obstante, debemos prestar atención a esa advertencia: la persona verdaderamente salva enfrenta la posibilidad de ser avergonzada cuando el Señor aparezca. Indudablemente no quiero convertirme en una columna de sal. ¿Y usted? Convertirse en una columna de sal no es ninguna gloria; es una vergüenza. ¡Qué vergüenza ver a un creyente convertido en una inerte columna de sal, al aire libre donde sólo experimenta sufrimiento!

b) La gente que no sigue al Señor incondicionalmente

En Lucas 14:25-33 se nos exhorta a ser incondicionales al seguir al Señor. Debemos seguir al Señor sin reserva alguna. La Biblia nos enseña a amar a los demás, pero aquí Lucas 14:26, unas palabras santas que salen de la boca del Señor Jesús, dice: “Si alguno viene a Mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun la vida de su alma, no puede ser Mi discípulo. Nadie puede seguir al Señor como es debido si no es incondicional. Nuestros padres, esposas, hijos, hermanos, hermanas y nuestra propia vida anímica deben pasar a un segundo plano. El Señor mismo debe ocupar el primer lugar y debemos seguirle de manera incondicional. Cuando el Señor habla de aborrecer a nuestros parientes por causa de El, no habla de odio en sí sino de aborrecerlos con amor.
En esta porción de la Palabra, proferida por el Señor mismo, vemos que debemos seguirle sin ninguna reserva. No se trata de adorar a Dios los domingos, ni de tener un estudio bíblico en casa de la manera que nos plazca. Un estudio bíblico puede ser una especie de entretenimiento o pasatiempo. A los ojos de Dios, un estudio bíblico en el hogar quizás no difiera de un juego de baloncesto. Usted juega con el “balón bíblico” en este estudio de la Biblia, y la sala de su casa es el campo de juego. Uno no es incondicional al seguir al Señor. No estoy bromeando; hablo en serio. No digo eso solamente a los demás sino a mí mismo. El Señor puede atestiguar que mientras yo preparaba este mensaje, El me preguntó: “¿Y qué de ti? Te he dado la comisión de dar este mensaje, pero ¿me sigues tú incondicionalmente?”. Que el Señor tenga misericordia de mí para que no predique a los demás y yo mismo venga a ser descalificado. Que El tenga misericordia de todos Sus queridos santos. ¡Cuánto necesitamos una palabra sobria para salir de la confusión! Si creemos Juan 3:16, también debemos creer Lucas 14:26-35. Se han predicado muchos mensajes sobre Juan 3:16 y se han publicado muchos folletos al respecto, pero ¿dónde están los mensajes y los folletos acerca de Lucas 14:26-35? En el recobro del Señor, no debemos esconder del pueblo de Dios ninguna verdad.
Los que no siguen sin reservas al Señor se vuelven inútiles. Díganme, ¿cuántos cristianos ahora son verdaderamente útiles en las manos del Señor para la realización de la economía de Dios? Los cristianos, en su gran mayoría, se han hecho inútiles en cuanto a la economía de Dios. Son como sal desabrida (Lc. 14:34)Estos cristianos no sólo son desabridos, sino que no son útiles “ni para la tierra ni para el estercolero”; deben ser arrojados fuera, como lo indica Lucas 14:35. Esta tierra es el campo que produce cosas para Dios a fin de que El cumpla Su propósito. El estercolero del universo es el lago de fuego, donde se amontonará toda la suciedad. Lucas 14:35 se refiere principalmente a la era venidera del reino. En la era del reino tendremos la tierra, donde se cumple el propósito de Dios, y también tendremos el lago de fuego, el estercolero. El cristianismo siempre dice que hay solamente dos lugares: el cielo y el infierno. Sin embargo, en este versículo el Señor Jesús habla de un tercer lugar, cuando afirma que la sal desabrida, inútil para la tierra o para el estercolero, es arrojada. ¿Dónde estaba la columna de sal en que se convirtió la esposa de Lot? ¿Estaba en los cielos o en Sodoma? En ninguno de los dos lugares, sino en un tercer sitio. Al leer repetidas veces el Evangelio de Lucas, ¿ha visto usted en alguna ocasión que en este capítulo hay tres lugares? ¿Dónde estará usted: en la tierra, en el estercolero o arrojado al tercer lugar?
En Mateo 25:30 el Señor dijo que el servidor inútil sería arrojado a las tinieblas de afuera. Las tinieblas de afuera deben de ser también ese tercer lugar. La Biblia no dice lo que será eso ni dónde se halla, pero sí dice que si uno es un servidor perezoso, no será útil para la tierra cuando vuelva el Señor por no haber sido de ningún provecho, ni servirá para el estercolero porque ya fue salvo. Entonces ¿adónde irá uno? Al tercer lugar, un sitio que se encuentra fuera del reino glorioso y del lago de fuego. Son pocos los cristianos que alguna vez han visto en la Biblia que hay un tercer lugar preparado para los salvos derrotados. Esto debe hacernos volver a la sobriedad. Debemos ser impresionados profundamente por el hecho de que en la plena revelación que da la Palabra divina acerca del hombre existen tres lugares: un lugar de salvación, un lugar de perdición y un lugar de vergüenza. ¿Dónde estaba la esposa de Lot? Ella fue salva, pero se hallaba en el tercer lugar, el lugar de vergüenza. Esto es lo que enseña el Señor Jesús en el Evangelio de Lucas. No intente refutar esto.

c) Los creyentes que viven en el mundo
como la gente mundana y procuran salvar su alma

Los creyentes que, al igual que la gente mundana, viven en el mundo y buscan preservar su alma, la vida de su alma, serán avergonzados como la esposa de Lot, y perderán su alma cuando vuelva el Señor (Lc. 17:28-33). La mayoría de los creyentes están en esta categoría. Son creyentes, pero viven como la gente mundana, yendo de compras y vistiéndose como lo hace la gente del mundo. Puesto que ellos viven y andan como la gente del mundo, no hay ninguna diferencia entre ellos y la gente mundana.
Salvar al alma significa rehusarse a sufrir por el Señor. Los cristianos que salvan su alma están apegados a sus placeres. Dicen: “¿Qué hay de malo en asistir a eventos deportivos? Eso no es pecaminoso”. Tal vez no sea pecaminoso, pero es mundano. No estoy diciendo que los cristianos no deben hacer ningún ejercicio físico para conservar la salud. Indudablemente lo necesitamos. Sin embargo, cuando un ejercicio se convierte en deporte o en entretenimiento, llega a ser mundano. Si usted lo disfruta y lo encuentra placentero, eso significa que está salvando su alma. Tener un disfrute psicológico y mundano equivale a salvar el alma.
Este no es el tiempo en que nosotros los cristianos debemos tener placeres o deleites psicológicos y mundanos; es tiempo de sufrir en nuestra alma, en nuestra parte psicológica. Si podemos procurarnos el sustento, eso es suficiente. No debemos buscar placeres psicológicos ni mundanos. Desde la segunda guerra mundial, ¿quién ha dado una palabra tan sobria? Durante los últimos treinta y un años he observado, pero no he oído una palabra sobria ni una amonestación, que advierta a los cristianos que no estamos en esta tierra para buscar deleites psicológicos y mundanos, y que debemos sufrir la pérdida de toda clase de entretenimiento y diversión. El placer hallado en oír cierta música en casa puede ser una manera de preservar su alma. Muchos cristianos no pueden vencer sus programas de televisión. Ver televisión puede constituir una forma de preservar el alma. No soy ni religioso ni legalista, pero sí digo que hoy no es el tiempo en que debemos tener diversiones psicológicas ni mundanas; es el tiempo en que debemos sufrir en nuestra alma. El sufrimiento del alma conduce a la salvación de la misma. Si usted no está dispuesto a sufrir para salvar su alma, será puesto en vergüenza como le sucedió a la esposa de Lot y perderá su alma cuando vuelva el Señor.
Es un error enseñar que todos los cristianos serán arrebatados al mismo tiempo cuando vuelva el Señor. Esta enseñanza crea confusión en el sentir espiritual del pueblo del Señor. En Lucas 17:34 y 35 el Señor dijo: “En aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado”. Usted podría argumentar, diciendo: “El que fue tomado es un creyente, y el que fue dejado es un incrédulo”. Pero ésa es su propia interpretación. Ambos son idénticos, pues hacen las mismas cosas en el mismo lugar, pero el Señor sólo conoce a aquel que está entregado verdaderamente a El. Si usted lee el contexto de Lucas 17:22-37, verá que esta palabra no estaba dirigida a los incrédulos sino a los discípulos del Señor. El les dijo esto con respecto al tiempo de Su venida. En los versículos 34 y 35, los “dos” se refieren a dos discípulos del Señor, de los cuales uno será tomado y el otro dejado. Indudablemente el que sea tomado no será como la esposa de Lot. El discípulo que sea dejado será semejante a la esposa de Lot. Esta es una palabra sobria.

d) Los hijos de Dios
que no permanecen en el Señor
como lo enseña la unción

Los hijos de Dios que no permanecen en el Señor como lo enseña la unción serán avergonzados cuando vuelva el Señor (1 Jn. 2:27-28). Quienes estamos en el recobro del Señor sabemos lo que es la enseñanza interior de la unción interna. Sin embargo, ¿permanecemos en el Señor conforme a la enseñanza de la unción viva dentro de nosotros? En 1 Juan 2:27 y 28 se nos exhorta a permanecer en el Señor conforme a la unción. Por ejemplo, si usted está a punto de ir de compras y la unción le dice que no debe, ¿dirá usted: “Amén, Señor”? Si tal es el caso, está bien. Pero si dice: “Señor, no voy a comprar nada malo”, el Señor podría contestar: “No me importa lo que vayas a comprar. Simplemente no vayas”. Deberíamos limitarnos a contestar: “Amén, Señor, permanezco simplemente en Ti conforme a la enseñanza de Tu unción interna”. Todos debemos permanecer en el Señor de esta manera.
Si no permanecemos en el Señor conforme a la unción, nos alejaremos de El avergonzados (1 Jn. 2:28). Una cosa es sentir vergüenza, y otra es ser avergonzado. Este versículo no dice que sentiremos vergüenza, sino que seremos avergonzados. Observe que el griego no dice “delante de El” sino “alejados de El”. Aquí la preposición griega es apo, que significa “lejos”. Si permanecemos en el Señor conforme a la unción, tendremos confianza, seguridad, denuedo y paz cuando El vuelva, y no nos alejaremos de El. En el sentido literal, la expresión griega traducida “en Su venida” equivale a “en Su presencia”. La voz griega que se traduce presencia es parousia, cuyo significado incluye la venida. Podemos tener Su venida sin Su presencia. Por ejemplo, el presidente de los Estados Unidos podría venir a Anaheim una noche, pero tal vez muy poca gente entre en su presencia, es decir, en su parusía. El Señor Jesús vendrá, pero ¿será usted digno de Su presencia? Si usted vive de manera mundana, amando al mundo y poniendo al Señor al último lugar en su vida, ¿cómo podría ser introducido en Su presencia cuando El venga? Debemos permanecer en el Señor conforme a la unción interior para tener confianza, denuedo y seguridad delante de El, en Su presencia, cuando El aparezca y no alejarnos de El avergonzados.
El Señor, en Su aparición, disciplinará a Sus creyentes. Si Sus creyentes lo siguen ahora y permanecen en El conforme a la unción interior, tendrán paz, denuedo, seguridad y confianza, y serán introducidos en Su parusía, Su presencia. Si ahora no permanecen en El, cuando El aparezca se alejarán de El avergonzados. Alejarse de El avergonzados significa ser puestos en ese tercer sitio, el lugar que no es ni la labranza, donde se cumple el propósito de Dios, ni el estercolero, que es el lago de fuego. Es el lugar de vergüenza fuera de Su presencia. Un creyente avergonzado y que se aleja de El no está condenado. Sigue siendo salvo, pero debe ser avergonzado. El hecho de ser avergonzado lo disciplinará, lo cual constituirá el castigo que el soberano Señor infligirá sobre Sus creyentes derrotados. Este asunto es bastante claro y muy grave.

e) Los creyentes que descuidan el regreso del Señor
y no llevan una vida apropiada

Los creyentes que no prestan atención al regreso del Señor y no llevan una vida apropiada serán puestos en vergüenza (Ap. 16:15). En Apocalipsis 16:15, el Señor nos exhorta a guardar nuestras ropas. En la Biblia el vestido siempre representa nuestro andar y nuestro vivir. Debemos tener un andar limpio, y nuestro vestido espiritual debe ser puro, blanco y aprobado por Dios. Debemos velar esperando el regreso del Señor y tener puros nuestros vestidos. Si llevamos una vida limpia, no estaremos desnudos cuando El venga, y los hombres no verán nuestra vergüenza. Este versículo también dice que el Señor vendrá como ladrón. El no vendrá como un visitante que anuncia Su llegada con mucha anticipación. El ladrón viene cuando menos lo imaginemos. Me han dicho que a menudo los ladrones vienen sobre las tres o cuatro de la madrugada, cuando la gente duerme profundamente. Debemos ser sobrios y velar. De lo contrario, el Señor vendrá como ladrón y nuestra desnudez quedará expuesta. Una vez más, esto nos dice que una persona salva puede ser avergonzada cuando vuelva el Señor.

f) El pueblo de Dios que no vive ni anda
conforme a la economía de Dios

El pueblo de Dios que no vive ni anda conforme a Su camino, es decir, conforme a Su economía, no cumplirá Su propósito y será avergonzado. Como ya vimos, éste es el significado de la columna de sal. No tome esto simplemente como un estudio bíblico, sino como una advertencia para todos nosotros. Ni aun quienes estamos en el recobro del Señor podemos permitirnos vivir licenciosamente ni ser indiferentes. Debemos ser sobrios y tener en cuenta que la situación es bastante grave. Debemos llevar una vida y un andar que cumplan el propósito de Dios. Entonces, cuando el Señor aparezca, estaremos en Su parusía y no seremos arrojados a ese tercer lugar, el lugar de vergüenza.

Véase también:
Cristianos adictos al entretenimiento de Jhon Piper: 
http://www.youtube.com/watch?v=AV0gZr5lfUA&feature=player_embedded

martes, 12 de junio de 2012

PALABRA PROFÉTICA PARA LOS PRÓXIMOS 3 AÑOS Y MEDIO, COMENZANDO HOY 12-06-2012, Juan Radhamés Fernández


Esta palabra nos parece que viene del Señor, pero sabemos que debemos juzgar las profecías. Creemos que esta palabra va en línea con lo que el Señor ha hablado a través de este siervo aprobado, con lo que está hablando Dios en este kairos que nos toca vivir, del fin de los días del Fin y con lo que en lo personal el Señor nos viene hablando  a nosotros en este blog, muchísimas veces y de diversas maneras.

Les sugerimos no dejen de ver antes los enlaces donde publicamos la palabra profética para el año 2012 del mismo J. R. Fernández: http://txemarmesto.blogspot.com.es/2012/03/mensaje-profetico-2012-ano-del-gobierno.html; y el método de despertamiento que usará, confirmado por la palabra de D. Wilkerson: http://txemarmesto.blogspot.com.es/2012/04/ano-2012-la-gran-tormenta-que.html.



Podrán apreciar que esta vez el Señor avanza mucho el terreno y empieza a ser tremendamente específico. También podrán comprobar como lo que estos siervos estaban profetizando se está cumpliendo. Yo mismo, al repasar esos enlaces, me he dado cuenta como se va cumpliendo lo referente a Roma y los terremotos y  otras catástrofes. ¿Se dan cuenta cómo el Señor está levantando las faldas de Roma con las filtraciones, los escándalos, la pederastia,..., tal y como Radhamés profetizó en diciembre?

¡Sí!, es hora de levantarnos y erguir las cabezas, porque nuestra redención está muy, pero que muy, cerca. 

Oramos que el Señor nos conceda la gracia de ser hallados fieles y con fe en Su inminente venida.

Bendiciones en nuestro precioso Señor Jesucristo.

(Enlace compartido por "SE TRATA DE TI" [http://www.ccfamiliar.blogspot.com.es/] en Facebook)

Palabra recibida el 13-06-2012:
Jeremías 23
1¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño! dice Jehová.
2Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová.
3Y yo mismo recogeré el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas; y crecerán y se multiplicarán.
4Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán, ni serán menoscabadas, dice Jehová.
5He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra.
6En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra.
7Por tanto, he aquí que vienen días, dice Jehová, en que no dirán más: Vive Jehová que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto,
8sino: Vive Jehová que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de Israel de tierra del norte, y de todas las tierras adonde yo los había echado; y habitarán en su tierra.
9A causa de los profetas mi corazón está quebrantado dentro de mí, todos mis huesos tiemblan; estoy como un ebrio, y como hombre a quien dominó el vino, delante de Jehová, y delante de sus santas palabras.
10Porque la tierra está llena de adúlteros; a causa de la maldición la tierra está desierta; los pastizales del desierto se secaron; la carrera de ellos fue mala, y su valentía no es recta.
11Porque tanto el profeta como el sacerdote son impíos; aun en mi casa hallé su maldad, dice Jehová.
12Por tanto, su camino será como resbaladeros en oscuridad; serán empujados, y caerán en él; porque yo traeré mal sobre ellos en el año de su castigo, dice Jehová.
13En los profetas de Samaria he visto desatinos; profetizaban en nombre de Baal, e hicieron errar a mi pueblo de Israel.
14Y en los profetas de Jerusalén he visto torpezas; cometían adulterios, y andaban en mentiras, y fortalecían las manos de los malos, para que ninguno se convirtiese de su maldad; me fueron todos ellos como Sodoma, y sus moradores como Gomorra.
15Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjos, y les haré beber agua de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra.
16Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová.
17Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros.
18Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó?
19He aquí que la tempestad de Jehová saldrá con furor; y la tempestad que está preparada caerá sobre la cabeza de los malos.
20No se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho, y hasta que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en los postreros días lo entenderéis cumplidamente.
21No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban.
22Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras.
23¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos?
24¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?
25Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé.
26¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón?
27¿No piensan cómo hacen que mi pueblo se olvide de mi nombre con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, al modo que sus padres se olvidaron de mi nombre por Baal?
28El profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? dice Jehová.
29¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?
30Por tanto, he aquí que yo estoy contra los profetas, dice Jehová, que hurtan mis palabras cada uno de su más cercano.
31Dice Jehová: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen: El ha dicho.
32He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová.
33Y cuando te preguntare este pueblo, o el profeta, o el sacerdote, diciendo: ¿Cuál es la profecía de Jehová? les dirás: Esta es la profecía: Os dejaré, ha dicho Jehová.
34Y al profeta, al sacerdote o al pueblo que dijere: Profecía de Jehová, yo enviaré castigo sobre tal hombre y sobre su casa.
35Así diréis cada cual a su compañero, y cada cual a su hermano: ¿Qué ha respondido Jehová, y qué habló Jehová?
36Y nunca más os vendrá a la memoria decir: Profecía de Jehová; porque la palabra de cada uno le será por profecía; pues pervertisteis las palabras del Dios viviente, de Jehová de los ejércitos, Dios nuestro.
37Así dirás al profeta: ¿Qué te respondió Jehová, y qué habló Jehová?
38Mas si dijereis: Profecía de Jehová; por eso Jehová dice así: Porque dijisteis esta palabra, Profecía de Jehová, habiendo yo enviado a deciros: No digáis: Profecía de Jehová,
39por tanto, he aquí que yo os echaré en olvido, y arrancaré de mi presencia a vosotros y a la ciudad que di a vosotros y a vuestros padres;
40y pondré sobre vosotros afrenta perpetua, y eterna confusión que nunca borrará el olvido.

viernes, 1 de junio de 2012

LA CAUSA DEL DILUVIO: El Género Humano se Contaminó por la Fornicación entre Hombres y Demonios.


ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

MENSAJE VEINTISIETE

LA TERCERA CAIDA DEL HOMBRE

D. La tercera caída



En este mensaje llegamos a la tercera caída del hombre, la cual se relata en el capítulo seis de Génesis. Si estudiamos Génesis detenidamente, nos daremos cuenta de que el Espíritu Santo tiene la intención de mostrar la degradación continua del hombre. En cada paso el hombre cayó cada vez más bajo. El relato de Génesis revela que la caída del hombre se produjo por lo menos en cuatro etapas. Podemos llamar a estos pasos las cuatro caídas del hombre. En cada caída el hombre descendió un paso más, cayendo cada vez más hasta llegar al punto más bajo. La tercera caída del hombre no fue la peor caída sino un paso más en su degradación. Como veremos, después de la tercera caída, hubo una cuarta. La caída del hombre fue tal que difícilmente podríamos imaginarla.

1. La causa

Primero, debemos considerar la causa de la tercera caída del hombre. Podemos encontrar una razón o causa para cada caída. La causa de la tercera caída del hombre no fue sencilla. Incluso la causa de la primera caída no fue sencilla, porque no fue producida por el hombre, sino por una fuente diferente de éste: la serpiente, es decir, el diablo, Satanás, el enemigo de Dios. Vimos que el enemigo de Dios, quien había entrado en el hombre caído, llegó a ser una causa subjetiva de la segunda caída. Por tanto, en cada caída, hubo una causa distinta del hombre mismo. Por supuesto, en cada caída fue el hombre quien cayó, pero en cada caso la causa no fue el hombre solo, sino el hombre en compañía del enemigo de Dios. En la primera caída, el enemigo de Dios estaba fuera del hombre; en la segunda caída, se hallaba dentro. Ahora, en la tercera caída, el enemigo dio otro paso, e hizo caer aún más al hombre. Debemos descubrir cuál fue ese paso adicional. Es mucho peor de lo que podemos imaginar. Aunque usted tal vez haya estudiado el libro de Génesis varias veces, es probable que no haya observado el misterio secreto de la trampa de Satanás. Mientras consideramos esta trampa satánica, debemos acudir al Señor a fin de ser cubiertos por Su sangre prevaleciente, pues este mensaje toca el poder maligno y expone la trampa sutil del enemigo de Dios.

a. Los espíritus malignos se mezclaron con el hombre:
los ángeles caídos se unieron con el hombre
por medio de un matrimonio ilícito

En la primera caída, Satanás sedujo al hombre para que éste tomara algo que no fuese Dios. En la segunda caída, Satanás, quien estaba en la naturaleza del hombre, distrajo al hombre apartándolo del camino de salvación de Dios. En la tercera caída, Satanás incitó a los espíritus malignos, es decir, a los ángeles caídos, a mezclarse con el hombre y a unirse con el hombre por medio de un matrimonio ilícito. Cuando Satanás cayó, antes de la creación del presente mundo, él cautivó a un gran número de ángeles (véase Estudio-vida de Génesis, mensaje dos). Apocalipsis 12:4 nos muestra que la tercera parte de los ángeles siguió a Satanás en su rebelión. Esta es la razón por la cual Efesios 6:12 habla de los principados y potestades que están en los aires. El Señor Jesús nos dijo que Satanás tiene un reino (Mt. 12:26). Este universo contiene el reino maligno del astuto enemigo de Dios, que es el reino de Satanás. Satanás tiene un reino, lo cual significa que tiene bajo su dominio un gran número de principados, dominios y potestades.
Según la revelación completa de la Palabra santa, en los tiempos de la tercera caída del hombre, los ángeles caídos y controlados por Satanás hicieron algo que contaminó el género humano. Incitaron al linaje humano a pecar en exceso y a mezclarse. El género humano dejó de ser simplemente el linaje humano y se convirtió en un linaje mezclado con ángeles caídos. Es posible que esto les parezca extraño. Pocos cristianos saben que el género humano se contaminó anteriormente mezclándose con ángeles caídos, con espíritus caídos. Pero esto consta en la Biblia. Durante la tercera caída del hombre, muchos ángeles caídos, los principados de Satanás, descendieron a la tierra, tomaron cuerpo y usaron estos cuerpos para formar matrimonios ilícitos con las hijas de los hombres. De esta manera, el género humano se mezcló con los espíritus caídos.

1) Los hijos de Dios son los angeles caídos

Esta interpretación de Génesis 6 no es una invención mía ni un descubrimiento que hice. Cuando empecé a estudiar Génesis 6:2 hace cincuenta años, este pasaje me confundía. No tenía ninguna dificultad con 6:1, pero el versículo 2 me planteaba un problema. ¿Quiénes son los hijos de Dios mencionados allí? Luego me enteré de que algunos maestros de la asamblea de Hermanos enseñaban que existen dos líneas en Génesis 4: la línea de los descendientes de Set, es decir, la línea del pueblo piadoso, y la línea de los descendientes de Caín. Ellos decían que los hijos de Dios eran los descendientes de Set. Por pertenecer a Dios, los descendientes de Set eran hijos de Dios. También enseñaban que las hijas de los hombres eran las hijas de los descendientes de Caín. Yo no quedé satisfecho con esa interpretación. No me parecía lógica. ¿Cómo pueden decir que los hijos de Dios eran los descendientes de Set y que las hijas de los hombres eran los descendientes de Caín? ¿Acaso no eran también hombres los descendientes de Set? Yo no podía aceptar esa interpretación. Finalmente encontré la interpretación correcta en los escritos del hermano Watchman Nee. El dijo en sus escritos que los hijos de Dios mencionados en 6:2 eran ángeles. El hizo notar el hecho de que el Antiguo Testamento muestra claramente que los ángeles son llamados hijos de Dios (Job 1:6; 2:1). Aunque esto tenía más sentido, me parecía muy difícil de creer. Yo me preguntaba cómo podían los ángeles casarse con seres humanos. El hermano Nee añadió que la versión siriaca del Antiguo Testamento traduce “hijos de Dios” como “ángeles” y que algunos manuscritos antiguos también usan “ángeles” en lugar de “hijos de Dios” en Génesis 6:2. Entonces el hermano Nee explicó que no podemos decir que sólo las hijas de Caín eran descendientes de los hombres y los hijos de Set no. Ya estaba de acuerdo con este punto. El hermano Nee agregó que Judas 6 y 7 comprueba claramente que los hijos de Dios mencionados en Génesis 6 eran ángeles caídos. Indudablemente el hermano Nee había estudiado el libro Earth’s Earliest Ages [Las primeras eras de la tierra] de G. H. Pember. En dicho libro, el señor Pember demostró claramente que los hijos de Dios a los que se alude en Génesis 6 eran ángeles caídos. Así que, después de mucho estudio, quedé plenamente convencido de que en Génesis 6 los hijos de Dios eran ángeles caídos.

2) Los ángeles caídos
cometieron fornicación con humanos

Los ángeles caídos cometieron fornicación con seres humanos, dando así un ejemplo que habrían de seguir Sodoma y Gomorra. Tocante a ese punto, debemos leer cuidadosamente Judas 6 y 7: “Y a los ángeles que no guardaron su principado, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, se dedicaron a la fornicación y fueron en pos de una carne diferente, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno”. Cuando Pedro y Judas escribieron acerca de la degradación, usaron como trasfondo los hechos relatados en Génesis. En el versículo 6, Judas dice que los ángeles no guardaron su principado. Aquí el principado significa el dominio o gobierno de los ángeles, y se refiere a la esfera de su dominio. ¿Cuál es el principado o la esfera de los ángeles? En Efesios 2:2 y 6:12 se nos indica que su principado es el aire. La morada de Dios es el tercer cielo, la morada del hombre es la tierra, y la de Satanás y sus ángeles es el aire. Cuando Judas 6 dice que los ángeles no guardaron su principado, sino que abandonaron su habitación, quiere decir que abandonaron la esfera del aire, bajaron a la tierra, y contrajeron matrimonio ilícitamente con seres humanos. Dios ha guardado estos ángeles caídos bajo las tinieblas en prisiones eternas hasta el juicio del gran día.
¿Cuándo abandonaron estos ángeles su principado? ¿Cuándo salieron de su principado en el aire los ángeles caídos y descendieron a la tierra para hacer algo que condujo Dios a echarlos en prisiones hasta el juicio del gran día? Deben de haber hecho algo muy grave para que Dios actuase así. ¿Cuándo sucedió eso? Debe de haberse producido durante el tiempo mencionado en Génesis 6.
La palabra “como” de Judas 7 indica que este versículo es la continuación del versículo 6. Puesto que el sujeto de esta frase no es solamente Sodoma y Gomorra, sino también “las ciudades vecinas”, necesitamos una coma después de “vecinas”. Por tanto, Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas son el sujeto de la frase. El predicado es “fueron puestas”. Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas fueron puestas como ejemplo. Entre el sujeto y el predicado tenemos el calificativo “de la misma manera que aquéllos, se dedicaron a la fornicación y fueron en pos de una carne diferente”. ¿A quiénes se refiere “aquéllos”? Se refiere a los ángeles caídos mencionados en el versículo anterior. ¿Qué significa “de la misma manera”? Significa la manera de ir “en pos de una carne diferente”. Los ángeles caídos fueron en pos de la carne humana. Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas también fueron “en pos de una carne diferente”. Esto significa que estas ciudades siguieron el ejemplo de los ángeles caídos. No inventaron esa clase de fornicación, sino que siguieron el ejemplo de los ángeles caídos que la inventaron. Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas fueron seguidores; los ángeles fueron los inventores.
Ahora quisiera dirigirme especialmente a los jóvenes. El matrimonio es algo santo. Dios instituyó el matrimonio a fin de preservar el linaje humano que El creó para Su propósito. Nadie debe considerar el matrimonio de manera liviana. Todos debemos considerarlo santo. Hebreos 13:4 nos aconseja respetar al matrimonio, considerándolo como algo santo. Hay un principio estricto acerca del matrimonio: el principio de que el marido debe tener una sola esposa. Dios dispuso este principio santo para preservar el linaje humano en la debida condición a fin de cumplir Su propósito. No obstante, cuando el hombre cayó por tercera vez, el enemigo astuto se introdujo para quebrantar el principio santo del matrimonio humano, usando a sus ángeles caídos, quienes tomaron cuerpos humanos a fin de casarse con mujeres. Esto violó el principio del matrimonio que protegía la pureza del género humano. El matrimonio ilícito de ángeles caídos con seres humanos no sólo quebrantó el principio del matrimonio, sino que contaminó la humanidad. ¿Cuál era la intención del diablo al hacer eso? Su intención no consistía solamente en corromper el linaje humano, sino también en contaminarlo hasta el punto de convertirlo en una mezcla de humanidad con espíritus caídos. Los ángeles caídos establecieron ese ejemplo de quebrantar el principio del matrimonio. Sodoma, Gomorra y las ciudades circunvecinas siguieron ese ejemplo al quebrantar el principio que Dios había establecido.
Ahora podemos entender la razón por la cual Dios envió el diluvio sobre el género humano y lo condenó a muerte. Dios decidió hacerlo porque el hombre se había mezclado. Ahora podemos entender también la razón por la cual Dios consumió con fuego a Sodoma, a Gomorra y a las ciudades vecinas. Cuando yo era joven, leí acerca del diluvio, la destrucción de Sodoma y Gomorra, y la matanza de los cananeos, y no aprobé lo que hizo Dios. Dije: “¿Acaso no es Dios un Dios de amor? ¿Cómo puede un Dios de amor hacer semejante cosa? ¿Cómo puede un Dios amoroso ahogar en agua a la gente, quemar sus ciudades, y dar muerte a los cananeos por medio de los israelitas?” Le dije a Dios: “Dios, no fuiste justo. ¿No crees que los israelitas también eran pecaminosos? ¿Por qué destruiste a todos los cananeos? ¿Cómo puedes decir que eres un Dios de amor?” Finalmente, Dios me dijo: “Hijo, ¿no has visto que antes del diluvio la humanidad se había convertido en una mezcla? No pude conservar a ese linaje mezclado sobre esta tierra. Tenía que eliminarlo. ¿No ves que entre los cananeos había nefileos [es decir, gigantes], lo cual demuestra que los cananeos habían dejado de ser un linaje puramente humano, y se habían mezclado con los ángeles caídos? Tuve que eliminarlos”. Entonces, me incliné y dije: “Señor, Tú eres Dios. Te adoro. Actuaste correctamente”.
Si leen Judas 6 y 7, verán que los ángeles caídos inventaron este enlace ilícito, quebrantando así el principio establecido por Dios con respecto al matrimonio, y fueron “en pos de una carne diferente”, en pos de los seres humanos. Esta invención estableció un ejemplo que fue seguido por Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas. Junto con esos ángeles, las ciudades vecinas cometieron fornicación y buscaron “una carne diferente”. En cierto momento, hubo algunos ángeles que habían caído hasta tal punto que Dios intervino y los juzgó. ¿Cuándo sucedió eso? Debemos aplicarlo a Génesis 6.

3) Causan una mezcla del linaje humano
y los espíritus caídos,
lo cual produce los nefileos

Este matrimonio ilícito entre los ángeles caídos y el género humano produjo los nefileos. “Los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre” en 6:4 fueron el resultado de la mezcla de los espíritus caídos con el género humano (cfr. Nm. 13:33). La palabra hebrea nefilim, o sea nefileos, que algunas versiones traducen “gigantes” en Génesis 6:4 y Números 13:33, significa “seres caídos”. G. H. Pember dice en su libroEarth’s Earliest Ages, que esta palabra se refiere probablemente a los ángeles caídos. No obstante, los nefileos no eran ángeles solamente, sino el producto de la mezcla entre los ángeles caídos y las hijas de los hombres. Fueron el resultado de la mezcla entre el género humano, es decir, la sangre humana, y los espíritus angélicos.
La Biblia revela que los nefileos eran “hombres de grande estatura” (Nm. 13:32). Al verlos uno se atemorizaría. Es exactamente lo que les ocurrió a diez de los doce espías que Moisés envió a explorar la tierra de Canaán. Ellos vieron a los nefileos y se horrorizaron (Nm. 13:33). Dijeron a los israelitas que no debían entrar en el país, pues habían visto allí a los nefileos. Los nefileos que ellos vieron deben de haber sido los descendientes de los ángeles caídos que se habían mezclado con las hijas de los hombres. Los nefileos eran gigantes, hombres poderosos y de renombre.
Dios mandó el diluvio para exterminar la generación de Noé porque la sangre de esa generación se había hecho impura. Del mismo modo, Dios mató a todos los cananeos porque los nefileos estaban nuevamente entre ellos, y la sangre de ese linaje había vuelto a ser impura. Dios no podía tolerar esa situación. Para cumplir Su propósito, El no podía permitir la existencia de una humanidad así.
Todos debemos aprender esa lección: la fornicación es algo grave. En toda la Biblia, y particularmente en la enseñanza del Señor Jesús (Mt. 19:9), la fornicación se considera un asunto grave. Cuando usted lee las epístolas del Nuevo Testamento, puede ver que los apóstoles eran muy estrictos, y no toleraban la fornicación en la vida de iglesia (1 Co. 6:9-10, 18; Ef. 5:5). ¿Por qué eran tan estrictos? Si lee la Biblia, descubrirá que la fornicación está relacionada con la idolatría (Ap. 2:14, 20). El culto a los ídolos fomenta la fornicación. En el budismo, los que adoran ídolos no prestan mucha atención a su fornicación. El culto que rinden a los ídolos los conduce a la fornicación. En China, en frente de los templos donde la gente adoraba a los ídolos, se presentaba la ópera a menudo con historias de fornicación. Si usted lee el libro de Números, verá que cuando los israelitas adoraban ídolos, cometían fornicación (25:1-2). El culto a los ídolos lleva a la fornicación, y la fornicación conduce a la idolatría. Pero eso no sucede en la verdadera adoración de Dios. El verdadero culto a Dios nos mantiene puros en cuanto al matrimonio, preservando el principio que Dios estableció. Hace varios años, algunos jóvenes vivían juntos en San Francisco y se entregaron a la fornicación. Con el tiempo, la fornicación los condujo a la brujería. La fornicación pone a la gente en contacto con los demonios. ¿Por qué? Porque los demonios, los espíritus caídos, buscan cuerpos humanos. Si usted usa correctamente sus facultades intelectuales y su razón, no permitirá que ningún espíritu maligno entre en usted. Pero cuando la gente se embebe en la fornicación, no se preocupa por su intelecto; pierde la razón, y deja la puerta abierta para que entren los demonios, los cuales toman plena posesión de su persona. Ningún fornicario se preocupa por su intelecto ni por su raciocinio. Deja de ser lógico y normal. Si usted es racional y normal, se preocupará por su intelecto o su raciocinio, y no hará nada que quebrante el principio establecido por Dios. Caer en la fornicación es algo horrible.
La Biblia relata que durante la tercera caída, el hombre se hizo carne. Estaba lleno de lujuria. Los hombres se encontraban en esa condición; por tanto, abrieron la puerta a los ángeles, los seres caídos, y éstos podían entrar. En ese momento, el hombre no sólo tenía al diablo en su naturaleza maligna, sino que algunos hombres fueron poseídos por los ángeles caídos, los cuales usaron sus cuerpos para contraer matrimonios ilícitos y producir un linaje mezclado. Esta fue la peor maldad a los ojos de Dios, y El no podía tolerarla.

b. El hombre hecho carne: el hombre caído

Ya vimos que la primera causa de la tercera caída del hombre fue la mezcla de los espíritus malignos con la humanidad. Consideremos ahora la segunda causa. La segunda causa de esta caída fue que el hombre se hizo carne. Génesis 6:3 dice: “Y dijo Jehová: no contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne”. En la primera caída, el hombre no ejercitó su espíritu. En la segunda caída, él usó excesivamente su alma. Caín no sabía nada acerca de su espíritu, pero sí ejercitó sobremanera su alma, e inventó una religión. En la tercera caída, el hombre abusó del cuerpo caído y se volvió carne. El hombre no sólo descuidó su espíritu, sino también su alma. El hombre descuidó el intelecto y el raciocinio de su alma.
Hoy en día, mucha gente se encuentra en la misma situación. Ellos no se preocupan por el espíritu, por la presencia de Dios, y tampoco se preocupan por su alma ni por su intelecto ni por su raciocinio. Sólo temen a la policía. Si se aboliera la policía nacional o la guardia civil, la carne afloraría, haciendo caso omiso del espíritu, del intelecto humano y del raciocinio del hombre. La gente simplemente abusaría de su carne y actuaría casi como animales. Cuando el hombre se encuentra en tal condición, casi ha llegado a lo más vil. La primera caída expone el hecho de que el hombre no usó el espíritu, y la segunda caída expone el uso excesivo del alma. Por abusar de su alma, el hombre cayó aún más y empezó a abusar de su cuerpo. Así, el hombre se hizo totalmente carne.
La Biblia revela que el peor y más maligno enemigo de Dios es nuestra carne. La Epístola a los Romanos así lo revela, particularmente en los capítulos siete y ocho. Dios aborrece totalmente la carne; no la tolera. En cierto sentido, Dios puede tolerar nuestros errores y transgresiones, pero jamás tolerará la carne. Todo lo que procede de nuestra carne constituye una ofensa para El. Durante la tercera caída, todo el linaje humano se hizo carne. Por tanto, Dios se presentó y dijo a Su siervo Noé que iba a destruir a toda esa generación.

2. El proceso

No es difícil entender el proceso. El primer paso del proceso fue satisfacer la lujuria de la carne. Cuando una persona se hace carne, no tiene otra alternativa que satisfacer los apetitos de la carne. Como resultado, el hombre se hace maligno y totalmente corrupto (6:5, 11-13). La Biblia es muy económica, y no desperdicia ninguna palabra; sin embargo, en Génesis 6 se repite varias veces que la tierra se había corrompido y estaba llena de violencia (vs. 11-13). A los ojos de Dios, la tierra estaba corrupta. No sólo era maligna, sino corrupta, hasta tal punto que Dios no la pudo tolerar más.

3. Las consecuencias

a. El Espíritu Santo se retiró de ellos,
lo cual significa que Dios los abandonó

La primera consecuencia de la tercera caída del hombre fue la retirada del Espíritu Santo, lo cual significa que Dios abandonó al hombre. El Señor dijo: “No contenderá mi Espíritu con el hombre para siempre”. Esto indica la obra de gracia que efectúa el Espíritu Santo de Dios. Dicho pasaje demuestra que antes de aquel tiempo el Espíritu de Dios obraba y contendía continuamente con el hombre. Es la segunda vez que se menciona el Espíritu en el libro de Génesis. La primera vez aparece en 1:2, donde vemos que el Espíritu de Dios se cernía sobre la situación de muerte para traer la vida a la existencia. Cuando se menciona el Espíritu por segunda vez, vemos que Dios el Espíritu dejaría de contender con el hombre, lo cual demuestra que antes de eso el Espíritu había luchado y trabajado. Dios estaba lleno de gracia. No se imagine que Abel era bueno por sí mismo. Eso era imposible. Todos los santos mencionados en Génesis 5 fueron ayudados por el Espíritu de Dios. ¿Cree usted que Enoc pudo haber caminado con Dios por su propia cuenta? Yo no creo. Enoc fue ayudado, fortalecido y motivado por el Espíritu de Dios. El Espíritu de Dios luchaba contra la rebelión del hombre. No obstante, en Génesis 6 alcanzamos el punto en que el Espíritu de Dios dejó de luchar contra el hombre. ¡Cuán terrible es eso! Si el Espíritu de Dios se apartase de nosotros, ¡qué terrible sería!

b. Vino el diluvio

La segunda consecuencia de la tercera caída del hombre fue la venida del diluvio, el cual trajo el juicio de destrucción (6:17; 7:10-12). Una de las consecuencias de la tercera caída del hombre fue que algo muy bueno, el Espíritu Santo, habría de apartarse de él, y que algo muy terrible, el juicio del diluvio, habría de venir para ejecutar la condena a muerte sobre el hombre caído.

4. Una prefigura de la era actual

La tercera caída del hombre prefiguraba la era presente. El Señor Jesús comparó el presente siglo con los días de la tercera caída (Mt. 24:37-39). El Señor dijo que antes del diluvio, estaban comiendo, bebiendo, casándose y dándose en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca y vino el diluvio y se los llevó a todos. Lo único que la gente hacía era comer, beber, casarse y darse en casamiento. En la época de la tercera caída, el hombre caído abusaba del matrimonio. Ocurre exactamente lo mismo hoy en día: comen, beben y abusan del matrimonio. Estar casados no es malo; es algo santo. Pero no abuse de ello. Su matrimonio debe conformarse al principio de Dios. Esto traerá la gracia y la bendición de Dios sobre usted y su familia. Pero si el hombre abusa del matrimonio, vendrá juicio sobre él. Miren la situación de hoy. Es idéntica a la situación que precedió el diluvio. La gente está entregada a comer, beber y casarse, pero no conoce el juicio venidero. Ellos actúan como si no hubiera un Dios en el universo. No se preocupan por el juicio venidero. Pero la Biblia asegura que Dios todavía está en el trono y que la tierra le pertenece a El. Un día El intervendrá y ejercerá Su juicio sobre esta era impía. ¿Qué haremos pues? Vayamos a Noé y veamos lo que hizo. En el siguiente mensaje consideraremos a Noé.

(Nota administrador: Estas cosas están ocurriendo otra vez y no es de extrañar pues "los últimos tiempos será como en los días de Noé". Rebecca Brown lo advertía en sus libros :"El Vino a Libertar a los Cautivos", "Rompiendo las Cadenas", "Vasija para Honra", "Maldiciones sin Quebrantar", etc. [http://www.youtube.com/watch?v=aACjYkXiLJs])