(Tras las estaciones del desierto y el monte, los israelitas debían de ir a la tercera estación: la Buena Tierra. El desierto que, como separación del mundo, fue positivo hasta el monte, se convirtió en prueba por la tremenda obstinación de vagar en círculos por el desierto, en lugar de afrontar el cruce del Jordán para entrar a la Tierra.
Si queremos que las desérticas pruebas finalicen, tenemos que cruzar el río de la muerte al EGO).