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lunes, 17 de septiembre de 2012

LAS TRES ‘ESES’ DE LA PAZ: SILENCIO, SOLEDAD Y SOSIEGO

Mas Yahweh está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra.
(Habacuc 2:20)




El SILENCIO interior de quien confía en la FIDELIDAD de Dios, es la ORACIÓN de mayor olor grato (Sal.37:7).

La SOLEDAD de quien se apoya solo en Dios, es la única FE que Le agrada (Heb. 11:6).

El SOSIEGO (quietud) expectante de quien espera en su OMNIPOTENCIA, es la más sublime ADORACIÓN (Sal. 46:10).

martes, 11 de septiembre de 2012

CRISTO, NUESTRA VIDA Y HÁBITAT / LA ORACIÓN DEL PEREGRINO, Administrador



CRISTO, NUESTRA VIDA Y HÁBITAT
La oración del peregrino

Cristo ha de ser nuestra vida, nuestro aire, nuestro ambiente ... ¡nuestro todo! De tal modo, que cuando nos salgamos de Él como nuestro hábitat nos sintamos mal, como los peces que se agitan, retuercen y mueren fuera del agua. Así, siendo Cristo nuestra vida y hábitat, Le absorbemos en una especie de ósmosis santa, en la que nosotros vamos desapareciendo hasta quedar solo Él.



Solo en Cristo estamos como pez en el agua



1-LA ORACIÓN DEL PEREGRINO RUSO:

La práctica de INVOCAR, me recuerda mucho a la oración descrita en el libro anónimo "El Peregrino Ruso" (véase en este mismo blog, la etiqueta "Oración Continua"), un Santo que, después de muchos años de experiencia en las cosas del Señor, llegó a la conclusión de que la mejor oración era la sencilla oración que hizo a Jesús el ciego Bartimeo:

Mar. 10:47
¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!

Así que en su peregrinación solo repetiría esa oración y la fue acortando hasta lograr que dicha oración se acompasase con su respiración:

¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!

¡Jesús, ten misericordia de mí!

¡Jesús, ten misericordia!

Al final su mejor oración se redujo a un simple nombre:

¡Jesús!

El nombre de Jesús (Yahshua), que quiere decir "Dios Salvador", Yahweh Salvador, "Aquel que Yahweh es Su salvación" o "Aquel que Yahweh es Su salvador", etc., encierra y resume el evangelio en una sola palabra, porque Jesús es todo lo que el hombre necesita.

Con el paso del tiempo esa oración se convirtió en una oración INTERNA, ESPONTÁNEA y CONTINUA. El peregrino, al fin, podía "ORAR SIN CESAR".


2-CRISTO, NUESTRA VIDA Y HÁBITAT:

Estoy de acuerdo en que la invocación es una buena y práctica forma de beber el agua de vida; sin embargo mi experiencia me dice que no es la única; es más, quizás ni siquiera la mejor; sino una parte de lo que se conoce como "la práctica de la presencia de Dios".

En mi vida esa práctica ha sido la transformación operada al mirarme en el espejo de Cristo (2ª Cor. 3:18); es decir, el contacto con Jesús, volviendo a Él mi mente en cualquier tiempo y forma, en una bendita obsesión de Cristo, solo Cristo y nada más que Cristo. AbsorbiéndoLe, cual esponjas sumergidas en Él, que es la bendita Agua de Vida, hasta que ya no sepamos dónde acaba la esponja ni dónde empieza el agua. Esto es tener la mente continuamente puesta en Sus cosas, las cosas del Espíritu: sentirLe, beberLe, comerLe, respirarLe, degustarLe, oírLe, olerLe, invocarLe, cantarLe, orarLe, hablarLe, alabarLe, escucharLe; pasear con Él, sentarnos frente a Él, acostarnos y despertarnos pensando en Él; esto es también leer la Biblia y libros que hablen de Él; acudir a cultos, conferencias y reuniones donde Él sea el centro; escuchar audios sobre Él y música y canto que Le celebran y ensalzan …; y sí, también orar en lenguas, porque el que ora en lenguas a sí mismo se edifica (se carga, como una batería eléctrica), aunque hable misterios que ni el mismo entiende (1ª Cor. 14:4; 14:2)

Cuando Cristo es nuestra vida, nuestro aire, nuestro ambiente ... ¡nuestro todo!; de tal modo que cuando nos salimos de Él como nuestro hábitat, nos sentimos mal, cuales peces que se agitan, retuercen y mueren fuera del agua. Así, siendo Cristo nuestra vida y hábitat, Le absorbemos en una especie de ósmosis santa, en la que nosotros vamos desapareciendo hasta quedar solo Él.

Cuando Cristo sea nuestra vida y hábitat otros lo notarán:

Hechos 4:13
Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.

Marcos 14:70
Pero él negó otra vez. Y poco después, los que estaban allí dijeron otra vez a Pedro: verdaderamente tú eres de ellos; porque eres galileo, y tu manera de hablar (acento galileo) es semejante a la de ellos.

2 Corintios 2:14-16
Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?

Por eso, precioso Dios nuestro, aumenta más y más nuestra hambre y sed de Ti y luego,

"sácianos de la grosura de Tu casa y abrévanos en el torrente de Tus delicias". Sal. 36:18


Amén.

Libro: EL PEREGRINO RUSO (Anónimo)




ÍNDICE

PRIMERA PARTE
Introducción, por Jean GAUVAIN

SEGUNDA PARTE





jueves, 26 de julio de 2012

ORAR SIN CESAR ES FÁCIL (David Wilkerson)



David Wilkerson Today

WEDNESDAY, JULY 25, 2012
ACERCARSE A ÉL
by David Wilkerson
[May 19, 1931 – April 27, 2011]
Tengo una palabra del Señor por muchos que leen este mensaje: hay una poderosa promesa en la Palabra de Dios de la que hay que echar mano en estos momentos. Yo creo que si se actúa con esta promesa de Él, usted será testigo de una grande y nueva clase de victoria en su vida.

La promesa es: "Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros" (Santiago 4:8). Pero ahora usted tiene que leer el resto del versículo: "Limpiad vuestras manos, pecadores; y purificad vuestros corazones, vosotros de doble ánimo".

Esta es una gran promesa de la victoria sobre todo pecado. Sin embargo, usted no puede producir esta victoria por sí mismo. Usted no puede limpiar sus propias manos o purificar el propio corazón. No, Santiago está diciendo, "Si quieres las manos limpias y corazón puro, si desea la victoria sobre la culpa, la tentación y cada malvado perseguidor que viene contra usted, debe acercarse a Dios y creer que Él está cerca de usted." Todo depende de la cercanía de Dios. Basta con acercarse a Él, que Él está cerca de usted, y Él se hará cargo de todos los enemigos en su carne.

Usted puede preguntar, "¿Pero cómo acercarse a Dios?" La respuesta es muy simple, incluso infantil: Sólo tiene que ir al Señor y hablar con Él - en cualquier momento y en cualquier lugar, todo el día. En la ducha, en el camino al trabajo, en el trabajo, en todas partes, hablar con Él, acercándose, en plena certidumbre de fe.

Hace años trabajé con Kathryn Kuhlman. Esa mujer querida de Dios, acostumbraba trabajar diecisiete horas al día. A menudo me preguntaba: "¿Cuándo tendrá tiempo alguna vez para encerrarse en su habitación secreta y orar?" Entonces me di cuenta que ella siempre parecía estar murmurando para sí. ¡Ella estaba orando! Ella oraba mientras conducía su coche, mientras subía en el ascensor. Dondequiera que iba, ella siempre hablaba con el Señor.

Un día ella me dijo: "David, la Biblia dice que oremos sin cesar. Puedo hablar con el Señor durante todo el día. Es tan real para mí como tú. No tengo que correr hacia algún lugar para tratar de ponerse en sintonía con él, porque hablamos todo el tiempo. Somos amigos".

Amado, Dios siempre está ahí para usted. Yo creo que en el lugar secreto de oración, pero su habitación secreta puede ser en el metro, en su auto, en cualquier lugar puede encerrarse con Él.

He aquí la promesa de Dios para usted, si usted practica acercarse a Él durante todo el día:

"Que se levante Dios, que sean dispersados sus enemigos, que huyan de su presencia los que le odian. Que desaparezcan del todo, como humo que se disipa con el viento; que perezcan ante Dios los impíos, como cera que se derrite en el fuego" (Salmo 68:1-2).

lunes, 31 de enero de 2011

SI QUIERES OÍR SU VOZ, ESCUCHA EL SILENCIO, A. B. Simpson





INTRODUCCIÓN DEL ADMINISTRADOR:

En cierta ocasión el Señor me mostraba en una imagen mental que para oír Su voz con claridad debo silenciar todas las otras voces. La imagen mental era la de aquel que está en un local lleno de gente, donde están hablando todos entre si en corrillos y cada cual alzando más la voz para hacerse oír. En ese ambiente, si a alguien le llaman por su teléfono móvil descolgará y como no oirá nada, se verá forzado a salir afuera para poder escuchar a quien le llama, especialmente si en la pantalla del móvil el número que aparece es el del 'Jefe'.

Este artículo, de "Manantiales del Desierto", Habla de eso; de aprender a escuchar a nuestro precioso Salvador en la oración de silencio y quietud.



"Hubo silencio y oí una voz acallada" (Job 4:16)

Hace unos veinte años uno de mis amigos puso en mi mano un librito titulado 'Paz Verdadera'. Era un antiguo mensaje medieval y no contenía sino un solo pensamiento: Que Dios está esperando en lo más profundo de mi ser, para hablarme, si yo solamente permanezco lo suficientemente callado para poder oír Su voz.

Yo creí que esto sería una cosa muy fácil y empecé a guardar silencio; pero no había hecho nada más que comenzar, cuando un perfecto alboroto de voces llegó a mis oídos; un millar de notas clamorosas por dentro y por fuera; hasta que no podía oír otra cosa sino un ruido violento y ensordecedor. Algunas eran mis mismas voces, mis propias preguntas, mis mismas oraciones. Otras eran las sugestiones del tentador y las voces del inquieto mundo. Por todas direcciones era atraído, empujado y saludado con aclamaciones ruidosas y una inquietud inexplicable. Creía que era necesario que escuchase algunas de estas voces y que las contestase, pero Dios dijo: "Cállate y conoce que soy Dios".

Entonces me arribó un conflicto de pensamientos acerca del mañana y sus deberes y necesidades y quise atenderlos, pero Dios dijo: "Cállate".

Y cuando empecé a escucharle y, despacio y gradualmente, aprendí a obedecer y cerré mis oídos a todos los sonidos, me di cuenta al poco tiempo que, cuando las otras voces cesaron o yo cesé de oírlas, había en lo más íntimo de mi ser una voz pequeña y silenciosa, que empezó a hablarme con una ternura, con un poder y con un aliento que no es posible describir.

Cuando estaba escuchando, la voz de la oración se convirtió para mi en la voz de la sabiduría, la voz del deber; y no tuve ya que pensar tanto, orar tanto o confiar tan agudamente. Pero aquella "pequeña y queda voz" del Santo Espíritu en mi corazón, era la oración de Dios en el secreto de mi alma; era la respuesta de Dios a todas mis preguntas, era la vida y fortaleza de Dios para mi alma y mi cuerpo; y se convirtió en la substancia de todo conocimiento, de toda oración, y toda bendición; porque era el mismo Dios VIVO, mi vida, mi todo.

Es así como nuestro espíritu bebe en la VIDA de nuestro Señor RESUCITADO y puede lanzarse en medio de los conflictos y deberes de la vida, como la flor que a través de las sombras de la noche, ha bebido las frescas y cristalinas gotas de rocío. Pero así como el rocío no desciende jamás en una noche tormentosa, así el rocío de Su gracia nunca desciende a las almas INQUIETAS.

jueves, 28 de octubre de 2010

DIOS QUIERE EXTENDERSE DE NUESTRO ESPIRITU A NUESTRA ALMA




ORACIÓN DEL SILENCIO

Dios quiere extenderse desde el espíritu a nuestra alma

(Autor: Molinos)

Para que Dios descanse en el alma (mente, emoción y voluntad), primero debemos negar nuestro yo y pacificar siempre el corazón en cualquier inquietud, tentación o tribulación.

Has de saber que es tu alma el centro, la morada y reino de Dios que El desea; pero para que el gran rey descanse en ese trono de tu alma, has de procurar tenerla limpia, quieta, vacía y pacífica. Limpia de culpas y defectos, quieta de temores, vacía de afectos, deseos y pensamientos, y pacífica en las tentaciones y tribulaciones.

Debes, pues, tener siempre pacífico el corazón para conservar puro ese vivo templo de Dios, y con recta y pura intención has de obrar, orar, obedecer y sufrir sin ningún tipo de alteración cuanto el Señor considere enviarte. Porque es cierto que por el bien de tu alma y tu provecho espiritual, Dios ha de permitir al envidioso enemigo que turbe esa ciudad de quietud y trono de paz con tentaciones, sugestiones y tribulaciones, y por medio de las criaturas, con penosas molestias y grandes persecuciones.

Sé constante y pacifica tu corazón en cualquiera inquietud que te ocasionaren estas tribulaciones. Entra allá adentro en tu interior para vencerlas, que allí está la divina fortaleza que te defiende, te ampara y por ti pelea. Si un hombre tiene una fortaleza segura, no se inquieta aunque le persigan los enemigos, porque al entrar allá dentro, quedan burlados y vencidos. El castillo fuerte para triunfar sobre tus enemigos visibles e invisibles, y sobre todas tus asechanzas y tribulaciones, está dentro de tu misma alma, porque allí reside la ayuda divina y el socorro soberano; entra allá dentro y todo quedará quieto, seguro, pacífico y sereno.

Tu principal y continuo ejercicio ha de ser pacificar ese trono de tu corazón para que repose en él el soberano rey. El modo de pacificarlo ha de ser entrándote dentro de ti mismo por medio del recogimiento interior [fe y silencio ante Dios]. Todo tu amparo ha de ser la oración [una oración de recogimiento: fe y silencio ante Dios] y recogimiento amoroso en la divina presencia. Cuando te vieres más combatido, retírate a esa región de paz, donde hallarás la fortaleza. Cuando estés más temeroso, recógete a ese refugio de la oración, única arma para vencer al enemigo y sosegar la tribulación. No te has de apartar de ella en la tormenta, hasta que experimentes, como otro Noé, la tranquilidad, la seguridad y serenidad, y hasta que tu voluntad se halle resignada, devota, pacífica y animosa.

Finalmente, no te aflijas ni desconfíes cuando estés temeroso; él vuelve a quietarte siempre que te alteres, porque esto es todo lo que quiere este divino Señor de ti, para reposar en tu alma y hacer un rico trono de paz en ella, que busques dentro de su corazón, por medio del recogimiento interior y con su gracia divina, el silencio en el bullicio, la soledad en la compañía, la luz en las tinieblas, el olvido en el agravio, el aliento en la cobardía, el ánimo en el temor, la resistencia en la tentación, la paz en la guerra y la quietud en la tribulación.

(Nota: La oración que él recomienda es silencio, no palabras habladas o pensadas; él le llama discurso a los pensamientos y las palabras, lo cual él dice claramente que debe ser evitado y se debe usar el silencio en vez. Molinos define claramente los beneficios de la oración silenciosa en esta obra. Para ver la extensa confirmación bíblica de la necesidad del silencio, vea ¿Por qué el Silencio?

Aguas refrescantes 22 de octubre

El que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿Cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? 1 Juan 4:20.

Podemos agregar quizás a las palabras de Juan: "Si no podemos amar a nuestros hermanos a quienes podemos ver, ¿cómo podremos amar a los hermanos a quienes no podemos ver?" Pablo les escribió a los corintios acerca del amor porque el amor unifica. En Corinto había envi­dias y divisiones, y es por eso que Pablo les escribió que "el amor no tiene envidia... no busca lo suyo", etc. En otras palabras, el amor no divide ni separa. Todo el capítulo trece fue una exhortación a los corintios a que se amaran en forma íntima.

Muchos de nosotros podemos practicar el amor fra­ternal a la distancia, o cuando no vemos a los hermanos, pero nuestro amor al Señor se pone a prueba por el amor que tenemos hacia los hermanos con quienes nos vemos a diario. Los corintios debían amar en primer lugar a los hermanos que estaban en Corinto. Después, quizás, podrían ir a Efeso y amar a los miembros del cuerpo de Cristo allí. Recién después de esto podrían ascender al cielo y contemplar al cuerpo de Cristo en su plenitud. Este es el orden correcto y el más difícil, pues pone aprueba nuestra sinceridad.