Capitulo Siete
LA VIDA EN EL ESPÍRITU
No
podemos escapar a la necesidad que
tenemos de un nuevo encuentro con «aquel
Jesús coronado de gloria y de honra, que es hecho
un poco menor que los ángeles por pasión de muerte, para que por la gracia de
Dios gustase la muerte por todos.» «Porque convenía que aquel por amor del cual son todas las
cosas, y por el cual son todas las
cosas, habiendo de traer en su gloria a muchos hijos, perfeccionase por
aflicciones al autor de la salud de ellos.» «El que santifica y los que son santificados, de uno
son todos; por lo cual no se
avergüenza de llamarlos hermanos... hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento
del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.»
El hombre y la maquinaria del
hombre ya no pueden controlar lo que está ocurriendo en la hora presente. Dios
está soplando sobre un número creciente de los que
están inhalando el hálito fresco de la vida en el
Espíritu.
Regados por todas partes hay personas y pequeños
grupos, provenientes de diversos estratos, que están entrando
en la confraternidad del camino viviente. Ellos están descubriendo
el glorioso secreto de una unión vital con el Señor. Una vez ellos vivieron de sus experiencias pasadas, pero ahora conocen el júbilo de la comunión
diaria con El. ¡Qué
diferencia la que ha
producido esto en la perspectiva y en el ministerio de aquellos
que entran en las profundidades de La Vida del Fluir en el Espíritu.
Hay un indecible gemido dentro de
mi corazón por compartir con aquellos que acaban de entrar en esta
dimensión. Siento que apenas estoy
empezando a entrar en esto, y que apenas estoy empezando a
darme cuenta de lo que veo ciertamente, de lo que veo como si lo hiciera
a través de un vidrio obscuro. Pero, ¡LO SE, LO SE por la fe, que
pronto veré «cara a cara»
lo que «ahora conozco en
parte; mas entonces conoceré
como soy conocido.»! Muchos están encontrando
este camino viviente, y están disfrutando de una clase de vida y de una perspectiva
completamente nuevas.
Ellos están empezando
a ser llevados a la plenitud de Dios. Están empezando a ser llevados a la gloria por la
Cabeza Eterna, y están empezando a
encontrar algo de
lo que la Iglesia ha carecido durante tanto tiempo: un
lugar para andar en el Espíritu, un lugar para andar en la luz, un lugar exento
de las propias ambiciones y de los propios deseos.
Este es
un lugar donde ellos pueden decir verdaderamente: «No se haga mi voluntad, oh Dios mío, sino la tuya.» Ellos están empezando a darse cuenta de que
no pueden vivir de las bendiciones de
ayer, porque las bendiciones de ayer pertenecen ahora al orden viejo. Ni tampoco pueden vivir
anticipadamente de las bendiciones
de mañana, porque el camino del Espíritu
excluye el pasado o el futuro, y nos lleva Ahora a lo
Eterno.
Ahora es «el día de
salvación.» Ahora
somos «hijos de Dios, y aun no es manifestado lo que
hemos de ser....» Pablo
pudo decir: «Con Cristo estoy juntamente
crucificado, y vivo, no ya yo, sino vive el Cristo en mí; y lo que ahora
vivo en la carne, lo vivo por la fe del Hijo de Dios... (Teniendo) promesa de esta
vida presente, y de la venidera.»
«Por lo cual es
necesario que tanto con más diligencia guardemos las cosas que hemos oído, para que no nos
escurramos. Porque si la palabra dicha por el ministerio de los ángeles fue
firme, y toda rebelión y
desobediencia recibió justa paga de su galardón, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una
Salvación tan grande?»
Viento para tus velas, déjate llevar |
Sí,
Dios tiene la Salvación completa
para el hombre completo. Nuestro
Dios se preocupa por el hombre COMPLETO: cuerpo, alma y espíritu, y Él ha prometido atender a todas las
necesidades, tanto materiales como temporales, según
Sus riquezas en Gloria. «Todas
las cosas sujetaste debajo de Sus pies; porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada
dejó que no sea sujeto a él.»
Jesús dejó a Sus discípulos con estas palabras: «Os es necesario que yo me vaya, porque si yo no me fuere, el
Consolador no vendría a vosotros; mas si me
fuere, os lo enviaré. Y cuando él viniere redargüirá al mundo de pecado, y de justicia y de
juicio.... Cuando viniere aquel Espíritu de Verdad, él os
guiará a toda la verdad; porque no hablará
de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir. El me clarificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.»
Sí, «al Espíritu de
Verdad, al cual el mundo no puede recibir,
porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis; porque está con
vosotros, y será en vosotros.» Y
tenemos la promesa de que «todo lo que tiene
el Padre, mío es»
porque «todas mis cosas
son tus cosas, y tus cosas son mis cosas.»
Además, Cristo dijo: «Si estuviereis en mí, y mis palabras estuvieren en vosotros, todo lo que quisiereis pediréis, y os será hecho
[creado]» Sí, y también: «Aquel [el Espíritu Santo] os enseñará
todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho.»
Hermanos míos, ¡este Consolador ha llegado! ¡Él
está aquí! Él quiere guiarlos a ustedes, querido hermano, querida hermana; Él quiere guiarme a mí y a todos
nosotros, los que estamos dispuestos a pagar el precio de entrada al «nuevo día» de Dios, en la gloriosa Vida en el Espíritu... ¡en ese
lugar de unión total con el Padre y con el Hijo!
www.campamento42.blogspot.com
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