Anteriormente he alentado a los santos a dedicar un tiempo a solas con el Señor cada mañana. Aunque no me retracto de esto, ahora puedo decir que si usted sabe cómo beber del Señor, puede olvidarse de apartar cierto tiempo para contactarlo.
ESTUDIO-VIDA DE ÉXODO
MENSAJE CUARENTA
Y CUATRO
BEBER DEL AGUA DE VIDA
(2)
Lectura Bíblica:
Ex. 17:3a, 6; Jn. 7:37-39; 4:10, 14; 1 Co. 10:4; 12:13, 3; Ap. 21:6; 22:1-2,
17; Hch. 2:17a, 21
(Ver completo en: http://www.librosdelministerio.org/books.cfm?id=26E7C5D9)
No todos los secretos divinos en la Biblia son revelados de manera clara y evidente. En Su sabiduría, Dios a veces revela Sus secretos de una manera un tanto escondida. Estos secretos se encuentran en la Biblia y son revelados en ella, pero no están expuestos abiertamente. Por ejemplo: la Biblia nos exhorta a creer, pero no nos dice cómo. Durante años, al predicar el evangelio he exhortado a la gente a creer en el Señor. Siempre que alguien me ha preguntado cómo creer, me he confundido. ¿Qué diría usted si alguien le pregunta cómo creer en el Señor Jesús? ¿Le diría, de manera doctrinal, que la fe viene por el oír? Si usted le dijera simplemente que debe creer, ¿qué haría si le preguntaran cómo pueden creer? La mejor respuesta es que creemos al invocar el nombre del Señor Jesús. En cuanto a la manera de creer no debemos dar respuestas complicadas a los incrédulos. No trate de explicarles que al creer entramos en una unión orgánica con el Señor. Estas explicaciones sólo los confundirán. Simplemente dígale a los que desean creer en el Señor que abran sus bocas e invoquen: “Oh Señor Jesús”. La manera de creer en el Señor es invocar Su nombre.
Durante muchos años, estuve confundido con lo que Pablo dijo en 1 Tesalonicenses 5:17, acerca de orar sin cesar. Me preguntaba cómo podía orar sin cesar. Ahora me doy cuenta de que podemos orar sin cesar simplemente al invocar continuamente el nombre del Señor Jesús. El secreto de beber del Espíritu en 1 Corintios 12 es también el secreto de orar sin cesar.
Anteriormente he alentado a los santos a dedicar
un tiempo a solas con el Señor cada mañana. Aunque no me retracto de esto,
ahora puedo decir que si usted sabe cómo beber del Señor, puede olvidarse de apartar cierto
tiempo para contactarlo. (Witness Lee)
El Señor Jesús le reveló que la manera adecuada de adorar a Dios no
consiste en estar en un lugar físico, sino en nuestro espíritu.
Según Juan 4, adorar a Dios en nuestro espíritu consiste en beberlo a Él. No tenga a Dios como un objeto
de adoración al que puede adorar en espíritu. En este caso, el órgano (el espíritu) es correcto,
pero la manera sigue equivocada. Postrarnos delante de Dios no es la
manera adecuada de adorarle. Beberlo a El como el agua de vida sí lo es.
Dios no desea ser el
objeto de nuestra adoración. Al contrario, El viene como el agua viva para que
le bebamos. Cuando bebemos de Él como el
agua de vida, le adoramos de una manera genuina. Beber al Señor con nuestro espíritu es adorarle de verdad.
Debemos reconocer que todavía nuestra manera de reunirnos sigue, de
manera subconsciente o inconsciente, bajo la influencia de nuestro trasfondo
religioso.
Cuanto más entramos en la verdadera adoración a Dios al beberle como el agua
viva en el espíritu, más nos damos cuenta de lo deficiente que han sido
nuestras prácticas. Por la misericordia del Señor, he llegado a ver la
adoración que Dios desea. Debido a la visión que he recibido, no
me importa la religión, ni siquiera nuestras propias prácticas. En realidad, no
necesitamos ninguna práctica. Nuestra necesidad consiste en que veamos que hoy nuestro
Dios ha pasado por el proceso de encarnación, vivir humano, crucifixión,
resurrección, ascensión y entronización para llegar a ser el Espíritu
todo-inclusivo y vivificante para que lo podamos beber. Él es tal Espíritu
compuesto, y tenemos un espíritu con el cual podemos beber de Él. En espíritu,
somos uno con Él. Si vemos esto, lo cual es el punto central de la
revelación divina en la Biblia, sabremos cómo beber al Señor como el agua de
vida.
NOTAS ADMINISTRADOR:
Cuando Cristo sea nuestra vida y hábitat otros lo notarán:
Hechos 4:13
NOTAS ADMINISTRADOR:
CRISTO, NUESTRA VIDA Y HÁBITAT
La oración del peregrino
Cristo ha de ser nuestra vida, nuestro aire, nuestro ambiente ... ¡nuestro todo! De tal modo, que cuando nos salgamos de Él como nuestro hábitat nos sintamos mal, como los peces que se agitan, retuercen y mueren fuera del agua. Así, siendo Cristo nuestra vida y hábitat, Le absorbemos en una especie de ósmosis santa, en la que vamos desapareciendo hasta que queda solo Él.
Solo en Cristo estamos como pez en el agua
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1-LA ORACIÓN DEL PEREGRINO RUSO:
La práctica de INVOCAR, nos recuerda mucho a la oración descrita en el libro anónimo "El Peregrino Ruso" (véase en este mismo blog, etiqueta "Oración Continua"), un Santo que, después de muchos años de experiencia en las cosas del Señor, llegó a la conclusión de que la mejor oración era la sencilla oración que hizo a Jesús el ciego Bartimeo:
Mar. 10:47
¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
Así que en su peregrinación el peregrino solo repetiría esa oración, hasta que se acompasase con su respiración y la fue reduciendo:
¡Jesús, ten misericordia de mí!
¡Jesús, ten misericordia!
Al fin su mejor oración se redujo a un simple:
¡Jesús!
El nombre de Jesús (Yahshua), que quiere decir "Dios Salvador", Yahweh Salvador, "Aquel que Yahweh es Su salvación" o "Aquel que Yahweh es Su salvador", etc., encierra y resume el evangelio en una sola palabra, porque Jesús es todo lo que el hombre necesita.
Con el paso del tiempo esa oración se convirtió en una oración INTERNA, ESPONTÁNEA y CONTINUA. El peregrino, al fin, podía "ORAR SIN CESAR".
2-CRISTO, NUESTRA VIDA Y HÁBITAT:
Estamos de acuerdo en que la invocación es una buena y práctica forma de beber el agua de vida; sin embargo nuestra experiencia nos dice que no es la única, quizás ni siquiera la mejor; sino parte de lo que se conoce como "la práctica de la presencia de Dios".
En nuestra vida esa práctica ha sido la transformación operada al mirarnos en el espejo de Cristo (2ª Cor. 3:18); es decir, el contacto con Jesús en cualquier tiempo y forma, por esa bendita obsesión de Cristo, solo Cristo y nada más que Cristo. AbsorbiéndoLe, cual esponjas sumergidas en Él, que es el agua bendita de vida, hasta que ya no sepamos dónde acaba la esponja ni dónde empieza el agua. Esto es tener la mente continuamente puesta en Sus cosas, las cosas del Espíritu; beberLe, comerLe, respirarLe, degustarLe, oírLe, olerLe, invocarLe, cantarLe, orarLe, hablarLe, alabarLe, escucharLe, pasear con Él, sentarnos frente a Él, acostarnos y despertarnos pensando en Él. Esto es también leer la Biblia y libros que hablen de Él; acudir a cultos, conferencias y reuniones donde Él sea el centro; escuchando audios sobre Él y de música y canto que Le celebran y ensalzan ... Y sí, también orando en lenguas, porque el que ora en lenguas a sí mismo se edifica (se carga, como una batería eléctrica), aunque hable misterios que ni el mismo entiende (1ª Cor. 14:4; 14:2)
Cuando Cristo es nuestra vida, nuestro aire, nuestro ambiente ... ¡nuestro todo!; de tal modo que cuando nos salimos de Él como nuestro hábitat, nos sentimos mal, cuales peces que se agitan, retuercen y mueren fuera del agua. Así, siendo Cristo nuestra vida y hábitat, Le absorbemos en una especie de ósmosis santa, en la que vamos desapareciendo hasta que queda solo Él.
Cuando Cristo sea nuestra vida y hábitat otros lo notarán:
Hechos 4:13
Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.
Marcos 14:70
Pero él negó otra vez. Y poco después, los que estaban allí dijeron otra vez a Pedro: Verdaderamente tú eres de ellos; porque eres galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de ellos.
2 Corintios 2:14-16
Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?
Por eso, precioso Dios nuestro, aumenta más y más nuestra hambre y sed de Ti y luego
"Sácianos de la grosura de Tu casa y abrévanos en el torrente de Tus delicias".
Sal. 36:18
Amén.
bendicion total vida vida vida vida vida vida..............no tiene fin
ResponderEliminarJajaja... Gracias Alberto, os alegra mucho de bebas vida.
EliminarY al mencionar constantemente el nombre de Jesús, piensa en él como el siervo sufriente que estuvo clavado en la cruz, pero que tiene un reino y hora mismo está sentado con gloria a la diestra del Padre Celestial. O sea la clave del ladrón en la cruz.
ResponderEliminarGracias José. ¡Cuánto tiempo! ¿Todo bien por ahí? ¡Saludos!
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