...Indudablemente, Pablo tenía en mente esta Fiesta de los Tabernáculos cuando escribió en Efesios 4:13: «Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un [varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.» (Aquí no hay lugar para la división; tampoco lo hay para una “unidad”-organizada, sino para la unión como un organismo viviente). No con «levadura de malicia y de maldad» sino, por el contrario, a un hombre perfecto (el hombre colectivo), a la plenitud de Cristo. ¿No llama Él a la Iglesia, que es Su cuerpo, «la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo»? ¿Ustedes dicen: ¡Imposible!? Por supuesto que es imposible. Esta es la razón por la cual el Dios de toda gracia va, una vez más, ¡a visitar a Su pueblo!...
Capítulo Diez
LA FIESTA DE LOS
TABERNÁCULOS
La mayoría de los cristianos están de acuerdo en
que la venida del Señor está cercana, en que nos estamos aproximando
al final de esta era y a la conclusión de esta dispensación. Además, hay un aumento
del conocimiento entre el pueblo de Dios de que antes que llegue
el grande y notable día del Señor, Dios va a derramar Su Espíritu sobre toda
carne. Muchos están esperando una nueva efusión pentecostal; pero, ¿es ésta la «plenitud»
que escoltará a una «Compañía
de Vencedores» al final de los tiempos, según
proclaman las Escrituras?
En el
Antiguo Testamento había tres fiestas
principales que les fueron
ordenadas a los hijos de Israel (Deuteronomio 16:16). Estas eran ocasiones para la
congregación y para hacer los sacrificios para el Señor. La primera de estas fiestas
era la Fiesta de la Pascua, que simbolizaba la redención.
La
segunda, era la Fiesta de las Primicias o de Pentecostés y que, por supuesto, simbolizaba a Pentecostés, la efusión del Espíritu Santo. La tercera, era la Fiesta de los Tabernáculos, que simbolizaba la «plenitud» y que se celebraba en la época de la
cosecha, de la recolección final del
grano y del fruto: el trigo, el vino y el
aceite.
Bajo la dispensación de la ley, el pueblo tenía que
traer ofrendas al Señor en cada una de estas fiestas; pero en el
cumplimiento, bajo la gracia, de los símbolos en la Era de la Iglesia,
¡cada «fiesta» también es un tiempo para recibir del Señor!
No
por medida...
Antes de que la Iglesia pudiera celebrar su Pascua
debía aprovisionarse de un Cordero... ¡y qué Cordero el que Dios
proveyó en gracia para Su Iglesia! ¡He aquí el Cordero de Dios, Su Hijo unigénito!
Este Cordero ofreció de una vez para siempre un sólo sacrificio
por los pecados. Con una sola ofrenda hizo consumados para
siempre a los santificados. (Hebreos 10:12-14).
Después de que hubo terminado esa gran fiesta de la
última Pascua, Jesús se mostró vivo mediante muchas pruebas
infalibles durante cuarenta días. Luego, ante los propios ojos de Sus
discípulos, que contemplaban fijamente hacia lo alto, El los dejó,
ascendiendo al cielo.
Los días fueron transcurriendo, acercándolos cada
vez más a la fiesta tradicional de Pentecostés, cincuenta
días después de la Pascua. Y llegó, por fin, y esta vez era especial, había llegado el día de Pentecostés en plenitud. La Iglesia iba a
celebrar el cumplimiento de la segunda fiesta.
De
nuevo, Dios proveyó: primero, un Cordero perfecto; ahora, una efusión del Espíritu Santo. Y
todos ellos fueron llenos del Espíritu Santo. Lo trágico es que en la congregación general de la Iglesia de hoy,
sean tan pocos los que hayan celebrado por experiencia personal esta fiesta
provista por Dios. El símbolo manifiesto: «Te alegrarás delante del SEÑOR tu Dios» (Deuteronomio
16:11). Gracias a Dios por la alegría del Señor cuando participamos
de las primicias del Espíritu, provistas por la gracia de Dios
mediante el conocimiento de El, de Jesús, como el Cristo (el que
unge).
En el símbolo del Antiguo Testamento tenían que
tomarse dos panes hechos de flor de harina cocidos con levadura: éstas eran las primicias para el Señor (Levítico 23:17). En el cumplimiento del símbolo se veía a menudo
(y se ve todavía), la manifestación de la levadura
de malicia y de maldad; pero esto no inválida, en modo alguno, la significación de la
fiesta... sino la plenitud.
Ahora
veamos la tercera fiesta, que es la
esencia de este mensaje. Como un pueblo estuvo preparado para Pentecostés,
asimismo es necesario
que lo esté para los Tabernáculos,
la fiesta de la «plenitud,» la fiesta de la «cosecha,» de la última cosecha de
esta era, de la manifestación del Espíritu Santo «no
por medida, sino a plenitud.»
Cristo murió en la plenitud de los tiempos; y
cuando el día de Pentecostés llegó a su plenitud, fue derramado el
Espíritu Santo. Así también esta fiesta debe tener su elemento del
tiempo propicio. No
puede ser celebrada hasta cuando llegue la época de la plenitud de la cosecha. Pero nosotros ya estamos de acuerdo en que nos aproximamos al final de esta era;
y Jesús dijo que la siega es el fin del
mundo (Mateo 13:39).
Ya que
este día se acerca, necesitamos una visión amplia para que no nos contentemos con menos de
lo mejor de Dios, y
permanezcamos
en «Pentecostés» cuando la visión es
para la «Plenitud.» Sí, estemos
alerta, no sea que limitemos la grandeza de la salvación de Dios. Que cuando el horario de Dios diga: los
«Tabernáculos,» nos encontremos
entre los preparados de Dios cuya fe alcance hasta la plenitud de nuestra herencia en
Cristo.
Si observamos el cuadro del Antiguo Testamento,
veremos que esta última fiesta estaba precedida por el Día de la Expiación, el único día del año en que el
sumo sacerdote entraba solo al «lugar santísimo»
bajo la luz o el dosel de la gloria de Dios. Allí, él hacía expiación para que fuera limpiado todo lo
concerniente a los pecados del pueblo. Limpiados de ese
modo, ellos estaban ahora listos para
participar en la última fiesta. (Ver Levítico 23:27; también;
Levítico 16:29-34).
Bajo el nuevo pacto, el Sumo Sacerdote de nuestra
profesión de fe ha entrado en el lugar santísimo, no hecho de
manos, en el mismo cielo. Allí, Él está intercediendo por un pueblo que será santificado completamente: cuerpo, alma y espíritu,
mediante la identificación en la sangre de una expiación ya hecha en el Calvario. Es un pueblo plenamente
identificado con Cristo en Su muerte. De esta manera un pueblo, limpiado por medio de la
expiación por la sangre, está preparado para ser copartícipe de esta última fiesta de la Iglesia, y para ser copartícipe de ella.
¡Ocurrió lo imposible!..
Dios ha hecho plena provisión para esto. «Cristo
es ofrecido una vez para agotar los pecados
de muchos; la segunda
vez se manifestará para salud a los que sin pecado le esperan... porque nada perfeccionó la ley, sino la
introducción de una mejor esperanza (por la cual nos acercamos a Dios.)» En la fiesta de los
Tabernáculos no se hace mención de la levadura,
como
tampoco se la menciona con relación a la fiesta de la Pascua. No hay injusticia, ni levadura en el
Cordero de Dios (la Pascua); no habrá levadura en aquellos que
participen en la Fiesta de la Plenitud.
EL TABERNÁCULO
«Pero (llegó
el tiempo señalado) en que estando ya presente Cristo, el Mesías, apareció como Sumo Sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos
(humanas)» (Hebreos
9:11, amplificado).
ATRIO EXTERIOR
Lugar
para oír el Evangelio del Señor Jesús,
el Cristo
Conocer al Señor Jesús el Cristo como Salvador.
Jesús significa Salvador
HIJO
CAMINO
LO BUENO
LA PASCUA
CONGREGACIÓN
Lugar
de SACRIFICIO
EGIPTO
LA
LUZ NATURAL
LECHE
HIJITOS
LA HOJA
CONSEGUIR
LA
SALVACIÓN
LOS LLAMADOS
La Sangre del Cordero
Bautismo en AGUA
ARREPENTIMIENTO
FE
SALIR
Carne (crucificar la carne)(¿?)
(CARNE- Morir al pecado y al mundo) Los 32.000
30
VECES
"A
FIN DE CONOCERLE
|
LUGAR SANTO
Sólo para aquellos bautizados en el Espíritu Santo y en el Fuego
Conocer al Señor Jesús Cristo significa el que unge
ESPÍRITU
SANTO
VERDAD
LO ACEPTABLE
PENTECOSTÉS
LEVITAS
Lugar de ORDENANZAS
DESIERTO
EL
CANDELERO
PAN
JÓVENES
EL
TALLO
HACER
LLENO DEL ESPÍRITU
LOS
ELEGIDOS
La Palabra del testimonio
Bautismo en el ESPÍRITU
REFRIGERIO
ESPERANZA
ENTRAR
Alma
(la muerte a sí mismo)(¿?)
(ALMA: Morir al yo, carne, viejo hombre) Los 10.000
60
VECES
EN EL PODER DE SU
RESURRECCIÓN
|
LUGAR SANTÍSIMO
El lugar en Dios de Vivir en unión con el Padre
Conocer al Señor Jesús el
Cristo como ÚNICO AMO Y SEÑOR. (Único Amo)
PADRE
VIDA
LO
PERFECTO
TABERNÁCULOS
HIJOS DE SADOC
Lugar de SU PRESENCIA
TIERRA PROMETIDA
LA GLORIA SHEKINAH
LA VIANDA FUERTE
PADRES (I Juan 2: 12)
LA ESPIGA (semilla)
SER
EL
HIJO VARÓN
LOS
FIELES (Ap. 17:14)
No amar
sus vidas hasta la muerte (al yo)
HASTA LA MUERTE
(Ap.l2:11)
RESTAURACIÓN (He. 3:19)
AMOR
SUBIR
Espíritu (abatir al acusador) (¿?)
(Espíritu: Sacrificio vivo; ya no vivo yo) Los 300 de Gedeón
100
VECES
Y EN LA PARTICIPACIÓN
DE SUS PADECIMIENTOS,
LLEGANDO A SER SEMEJANTES A ÉL."
|
(Los Tabernáculos), pero la fiesta de Pentecostés será
cocida «con levadura» (Levítico 23:17). Esta fiesta tiene
levadura dentro de sí, como
una señal para los que participan, de que ella no es un fin en sí misma sino solamente un
escalón transitorio, para algo mucho más grande: tener nuestra morada
(Tabernáculo) con Él en plenitud.
En general, en la Iglesia algunos prefieren
permanecer en la Pascua, y otros pueden permanecer en Pentecostés;
pero para mí, Dios permita que mi preferencia y mi parte sean la Plenitud. Para Israel, los Tabernáculos
significaba que se recogería toda la cosecha y la labor habría terminado. «El que ha entrado en
Su reposo, también él ha reposado de sus
obras...» Para
mí, esto es el trigo, y el vino, y el aceite, y
una oportunidad de gran regocijo.
Entonces,
¿qué podemos buscar, qué podemos esperar al final de esta era? No un regreso a la medida
pentecostal, tan maravillosa como
ella fue, pues fue la medida de las primicias; porque en la Iglesia de los últimos días va a haber la
evidencia de una medida mucho más grande.
Indudablemente, Pablo tenía en
mente esta Fiesta de los Tabernáculos cuando escribió en Efesios
4:13: «Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo
de Dios, a un [varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de
Cristo.» (Aquí no hay lugar para la división; tampoco
lo hay para una “unidad”-organizada, sino para la unión
como un organismo viviente). No con «levadura de malicia y de maldad»
sino, por el contrario, a un hombre perfecto (el hombre colectivo), a la
plenitud de Cristo. ¿No llama Él a la Iglesia, que es Su
cuerpo, «la
plenitud de Aquel que todo
lo llena en todo»?
¿Ustedes dicen: ¡Imposible!? Por
supuesto que
es imposible. Esta es la razón por la cual el Dios de toda gracia va, una
vez más, ¡a visitar a Su pueblo!
Dios proveyó el Cordero Pascual, y sucedió lo imposible: Una Virgen
concibió, y nació el Cristo. Él vivió una vida sin pecado, murió
y se levantó de nuevo, y proveyó una eterna y magnífica redención.
En Pentecostés sucedió
de nuevo lo imposible: un estruendo del Cielo, y el Espíritu Santo fue dado
con medida, y los hombres empezaron
a moverse en el ámbito Divino, gustando los poderes del
mundo por venir, pues lo sobrenatural se hizo evidente, y el mundo
fue trastornado en una generación... y sucederá de nuevo!
¿Entonces
qué hay de la última fiesta? ¿Vamos a esperar algo menos que lo imposible? ¡Aquel que
ministró las «primicias,» ministrará la «plenitud»! Mi corazón está
contemplando algo bueno,
y veo en visión a la congregación de todas las cosas en uno en Cristo; la visión de una
compañía de personas llenas de toda la plenitud de Dios, que obran continuamente en
el plano Divino. Veo la Cabeza manifestándose a Sí
Misma por medio de cada miembro del cuerpo, revelando Su misma naturaleza y
manifestando la
revelación de los hijos de Dios. Este va
a ser un pueblo sin mancha ni arruga, que
manifestará en plenitud todos los dones del Espíritu y que revelará en sus vidas todo
el fruto del Espíritu Santo.
Esto debe ser todo de Dios, pues es la razón por la
cual el Dios de toda gracia va a visitar con plenitud Divina a la Iglesia, y la
gloria de Dios va a descansar sobre el pueblo de Su
elección. Él va a derramar Su Espíritu
sobre toda carne: hijos, hijas, jóvenes, ancianos, siervos, criadas;
habrá profecía, visiones, sueños, señales en la tierra y en el
cielo... todo esto antes del grande y memorable día del
Señor. Y todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo....
Esta visitación cumplirá los propósitos
finales de Dios para esta generación y para esta dispensación. Simbólicamente, en este tiempo de los
Tabernáculos, el pueblo de Dios se albergaba en cabañas provisionales.
Seamos también un pueblo no apegado a este mundo, sino
preparado para moverse,
poniéndose en marcha en los propósitos finales de la intención de Dios para Sus
HIJOS, más
allá del Pentecostés.
(*)Para los que no conocen a este escriba-vigilante del Movimiento de la Lluvia Tardía, un verdadero hijo de Isacar (1º Cr. 12:32), diremos que Clayton Sonmore fue uno de los quince padres fundadores de la Confraternidad Internacional de los Hombres de Negocio del Evangelio Completo y su primer vicepresidente y director. Entre sus íntimos amigos se contaban el fundador DEMOS SHAKARIAN, WILLIAM BRANHAM, DAVID DUPLESSIS, ORAL ROBERTS, PAT ROBERTSON, HAROL BRENDESEN, HENRY KRAUSE y HANS SCHNABEL, entre otros. Digo esto para que ustedes sepan que el transcendental mensaje de sus libros, ha sido proclamado desde el año 64 por el quizás más destacado observador del Atrio Intermedio (o de Pentecostés), cuyos presagios proféticos dados por el Espíritu en los años sesenta se han hecho y están haciéndose tristemente realidad, debido al caso omiso y la obstinación de los grandes líderes que, aún habiendo sido advertidos por este instrumento de Dios, continuaron construyendo sus propios reinos a expensas del verdadero orden de Dios, y prefirieron RENOVAR los ODRES VIEJOS que atender el llamado del Señor a SALIR DE EN MEDIO DE ELLOS PARA NO SER PARTÍCIPES DE SUS PECADOS NI RECIBIR PARTE DE SUS PLAGAS y, santificados así, dar a luz al HIJO VARÓN que traería el Reino.
Pensamos que conocer sus escritos es de capital importancia para entender el "kairos" en cuanto a las cosas de Dios en lo religioso, político y económico de los últimos sesenta años y en la actualidad; así como la incestuosa estrategia secreta de la Gran Ramera Católica Romana, para adueñarse de la palestra de pentecostés, y convertirla en el Falso Profeta (con sus dos cuernos ecuménico y carismático) que diera vida (hiciera resurgir) la imagen de la Bestia (el Sacro Imperio Romano), encabezada por el Papa como anticristo; empeño grande, sibilino y oculto, pero conseguido con calificación cum laude.
(Véanse las entradas de este blog Maestros del Engaño I y II en: http://txemarmesto.blogspot.com.es/2011/12/el-titulo-ya-no-hagamos-parte-del-falso.html y http://txemarmesto.blogspot.com.es/2012/01/ii-maestros-del-engano-por-clayt.html)
(Véanse las entradas de este blog Maestros del Engaño I y II en: http://txemarmesto.blogspot.com.es/2011/12/el-titulo-ya-no-hagamos-parte-del-falso.html y http://txemarmesto.blogspot.com.es/2012/01/ii-maestros-del-engano-por-clayt.html)
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