I. EL DOBLE SIGNIFICADO DEL MONTE
HOREB
A. El monte de Dios
El monte Horeb, donde fue dada la ley, tiene un doble significado. Primero, es el monte de Dios
(3:1, 12; 4:27; 18:5; 24:13; Nm. 10:33; 1 R. 19:8). Este monte era el lugar en el cual los del pueblo de
Dios debían encontrarse uno a otro. En el monte Horeb, Aarón se encontró con Moisés
(4:27). Jetro, el suegro de Moisés, también lo encontró en este monte
(18:5).
El pueblo de Dios siempre
debería encontrarse en el “día” de Su palabra. Si todos leemos la Biblia en el
“día”, seremos llevados al monte Horeb. No obstante, si algunos están en el “día” en su lectura de la
palabra y otros en la “noche”, habrá contienda, luchas. Para algunos creyentes,
la Biblia es un libro “diurno”, y para otros, un libro “nocturno”. Durante siglos, los cristianos han luchado por la Biblia. Por supuesto,
la Biblia no tiene la culpa. La responsabilidad está en la condición espiritual de los que leen la Palabra. Cuando los lectores están en
la “noche” hacen de la Biblia un libro “nocturno” en su experiencia.
Los que nos acusan
falsamente de enseñar herejía, están en la “noche”. Algunos pretenden que
enseñamos la “evolución hacia Dios”, que enseñamos que los creyentes son
vivificados y que llegan a ser Dios mismo. ¡Cuantas tinieblas! Otros niegan el
hecho de que podemos permanecer en Dios y tenerlo en nosotros como morada.
Dicen que los pecadores no pueden morar en Dios o que el Dios Todopoderoso y
santo no puede morar en ellos. En realidad, insisten en que enseñar que esto es
una herejía. Insisten en
que los pecadores no pueden ser uno con Dios. Los que nos acusan así están
totalmente en la “noche” religiosa.
También están en la “noche” del hombre
natural. No han entrado en el “día” de la revelación de Dios. Me pregunto:
¿cómo explicarían el hecho de que somos hijos de Dios? La Biblia revela
claramente que como hijos de Dios, hemos nacido de El y poseemos Su vida y
naturaleza. Según 2 Pedro 1:4, somos participantes de la naturaleza divina.
Todos los que nos acusan de herejía deberían dar su interpretación sobre este
versículo. Ciertamente el hecho de participar de la naturaleza divina
implica el disfrute de ella. Esta interpretación está en el “día”. No obstante, para los que están en la “noche”, lo que enseñamos y
predicamos es herejía. Algunos han ido tan lejos que han pretendido
que es blasfemia enseñar que podemos ser un solo Espíritu con Dios y por tanto
ser lo que Dios es. (1 Co. 6:17).
Cuando Moisés estaba en el monte con Dios, El fue infundido con
Dios. Moisés no se dio cuenta de ello, pero esta infusión hizo resplandecer su
rostro con luz divina. La
misma luz que era un fuego que consumía y que aterraba a la casa de Jacob fue una
luz agradable que infundía a Moisés. Esto indica que el hecho de que el fuego nos
consuma o nos infunda depende de nuestra posición y condición. Si estamos con aquellos que
hacen ídolos y les ofrecen sacrificios, el fuego será aterrador para nosotros.
Pero si permanecemos con Moisés, el fuego será disfrutable y nos infundirá.
Entonces el fuego resplandecerá no sólo sobre nosotros, ni sólo a través de
nosotros, sino que resplandecerá al mezclarse con nosotros.
Si se pone el hierro en
el fuego, finalmente éste empezará a fundirse. La fundición del hierro es
causada por la mezcla del fuego con el hierro. Cuando se echa hierro al fuego y
el fuego penetra el hierro, el fuego y el hierro llegan a ser uno. No obstante,
esta mezcla del fuego y del hierro no produce una tercera sustancia. Del mismo
modo, decir que el hombre es mezclado con Dios no significa que esta mezcla
produce una tercera entidad, que no es ni Dios ni el hombre. Los que nos acusan por
nuestra enseñanza de la mezcla se encuentran en la “noche”. Para nosotros, la
verdad de la mezcla es un aspecto maravilloso del “día”. No obstante, para los
que están en la “noche”, no es más que una herejía. Por la misericordia del Señor, estamos en el
“día”. Hemos visto ciertas cosas en la Palabra, y las disfrutamos. Disfrutamos
de la infusión del Señor. Mientras permanecemos bajo el
resplandor del rostro del Señor, Su elemento nos infunde. Además, puesto que la
Biblia es el monte Horeb, el monte de Dios en nuestra experiencia, nos reunimos
en este monte.
Como monte de Dios, el monte Horeb también es el lugar donde se
encuentra a Dios (24:13, 15-18; 1 R. 19:8), el lugar para servirle a El (Ex.
3.12) y recibir su revelación y visión (3:1-3; 24:12-13; 1 R. 19:8-9).
B. El monte Sinaí
Por tener un doble
significado, el monte Horeb puede ser también el monte Sinaí (Ex. 19:11, 18, 20-24;
34:2-4; Gá. 4:24-25; Hch. 12:18-21). Aunque nos reunimos en el monte de Dios donde le
servimos, y recibimos Su revelación y visión, para otros cristianos, este monte
es el monte Sinaí. En el monte Sinaí, la pecaminosidad del pueblo de Dios queda
expuesta, y se revela el límite que Dios les ha prohibido cruzar. En el monte
Sinaí, el pueblo no puede ver a Dios, y tampoco puede recibir Su revelación ni
visión. Por el contrario, ellos mismos se quedan expuestos y llegan a ver el
límite que Dios ha establecido. Contrariamente a Moisés, ellos deben quedarse
apartados.
C. Personas diferentes a distancias
distintas
con respecto al monte Horeb
En Exodo, vemos por lo
menos tres clases distintas de
personas se encontraban a distancias
distintas del monte Horeb. Moisés,
quizá acompañado por Josué, estaba en la cima del monte y recibía la infusión de Dios (Ex. 24:13;
34:29). Aarón, Nadab, Abihu y los
setenta ancianos estaban en el monte
adorando de lejos y mirando
(24:1-9). Los hijos de Israel se
encontraban al pie del monte, lejos
y temblando (20:18, 21). Moisés recibía la infusión,
y los demás estaban a una distancia, adorando y mirando y la mayoría estaba al
pie del monte, temblando ¿Dónde
está usted en su experiencia? ¿Está siendo infundido, está vigilando, o está
temblando? El lugar en el cual se
encuentra depende de su posición y de su condición.
para mi el monte de horeb, es el lugar de todo hombre, de todo humano sobre la tierra, es el lugar donde nadie debe apartarse, pues de tal manera que Dios llamo a moises, tambien diariamente lo hace, a travez de su palabra, los predicadores, las señales en los cielos y en la tier; de hecho Dios esta llamando en estos ultimos tiempos por ultima vez y de caracter inmediato a todas las naciones de la tirra al arrepentimiento, a que todos sin escepcion subamos al monte de horeb, a su presencia, a un cara cara con El, que nos pongamos a cuentas, en paz y aasumamos un reto de santidad, porque sin santidad nadie vera a Dios, (nadie sera salvo)
ResponderEliminarMuchas gracias por tu aportación. bendiciones.
Eliminarademas el monte horeb es el monte del llamamiento...donde DIOS nos hace el llamado..para q por medio de nosotros EL lleve libertad a los cautivos
ResponderEliminarGracias.
EliminarHola , desde ya muchas gracias por el aporte y juntamente el conocimiento que me has brindado para saber y entender más de las escrituras y sobre todo , la actitud que dios pretende de sus hijos , obreros y ministros competentes ! Un abrazo
ResponderEliminarGracias a Dios al autor y a ti por el comentario. Yo sólo he sido el vehículo transmisor en este caso. Pásalo bien.
ResponderEliminarMuchas gracias por sus aportes, excelente que Dios le bendiga.
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