!No desmayes!
!Cuan grande es la tentación en estas circunstancias! !Cómo se deprime el alma, enferma el corazón y bacila la fe, ante las grandes pruebas con que nos enfrentamos en esta vida, en tiempos de pérdidas y sufrimientos especiales! Entonces decimos: "Ya no puedo soportar esto por más tiempo; estoy desfalleciendo". ¿QUÉ HARÉ?" Dios me dice que no desmaye, pero ¿qué es lo que puede HACER uno cuando está desmayándose?"
¿Qué es lo que haces cuando estás a punto de desmayarte físicamente? !TU NO PUEDES HACER NADA!, sino que en tu desfallecimiento caes en el hombro de algún amigo fuerte y querido; te apoyas firmemente sobre él, descansas y continuas apoyado y confiado.
Esto es lo que sucede cuando estamos tentados a caer bajo la aflicción. En estos casos el mensaje de Dios para nosotros no es "esforzaos y cobrad ánimo", porque Él sabe que hemos perdido nuestra fortaleza y valor; sino aquellas palabras cariñosas: "Estad quietos y conoced que yo soy Dios" (Sal 46:10).
Judson Taylor se encontraba tan debilitado en los últimos meses de su vida, que escribió a un amigo diciendo: "estoy tan débil que no puedo escribir, ni leer la biblia, ni aún siquiera puedo orar; lo único que puedo hacer es continuar apoyado en los brazos de Dios, como un niño pequeño, y confiar". Este hombre tan extraordinario con todo su poder espiritual, llegó a tal estado de sufrimiento físico y debilidad, que lo único que podía hacer era reposar y confiar, y esto es lo que Dios a todos sus amados hijos, cuando están extenuados con el cruel fuego de la tribulación.
No trates de ser fuerte, sino estate quieto y conoce que el es Dios y Él te sostendrá y ayudará.
"Dios guarda sus mejores remedios consoladores
para los desmayos más profundos"
"Esfuérzate y aliéntese tu corazón" (Sal 27:14)
(Tomado de "Manantiales en el Desierto")
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