Un estudio serio, prudente equilibrado y acertado sobre el Cuerpo de Cristo y la única base para la comunión (koinonía).
Una vez más gracias a Carlos Jiménez por el envío.
Este es su contenido:
Introducción (del propio libro)
Los cristianos de hoy en día están saliendo por todas partes en muchas direcciones diferentes en un
sincero esfuerzo de alcanzar el gran desafío de los últimos días de esta dispensación. En todos lados
vemos evidencias que “el misterio de iniquidad” está llegando a su apogeo, en completo desafío a
todo lo que la Cristiandad sostiene. Sin embargo, algún sentido espiritual interior nos dice que Dios
tiene una respuesta para este poderoso Goliat, y estamos por llegar a esa respuesta.
Yo personalmente creo que mucho de este llegar es bueno y que cada énfasis es parte de la gran
respuesta que buscamos. Sin embargo, en el mismo corazón de las cosas está enraizado un problema
al cual si no llegamos, finalmente anulará todas las otras victorias que hemos logrado. La Escritura
nos dice esto, y, más aun, la gloriosa pero triste historia de la Iglesia testifica de esto.
Es con esta raíz que nuestro hermano japonés tan hábilmente se dirige en estas páginas; no
simplemente señalando el problema, sino que con perspicaces verdades espirituales da la respuesta.
Pienso de su trabajo que es uno de los más excepcionales libros de nuestros días y los conceptos
espirituales que él establece son absolutamente esenciales para la realización del cumplimiento del
Nuevo Testamento.
John Myers, Presidente – Publicaciones Voice Christi
Índice:
CAPITULO UNO: Nuestro Presente Dilema
El Pecado de las Divisiones entre los Cristianos
CAPITULO DOS: El Centro de la Cristiandad a través de la Historia
1. La Era Apostólica
2. El Periodo Católico
3. El Periodo Protestante
CAPITULO TRES:
Puntos de División
Teología
Inspiración de las Escrituras
Interpretación de las Escrituras
Rituales y Ceremonias
Conclusión
CAPITULO CUATRO:
El Verdadero Centro del Cristianismo
Sumario
El Verdadero Centro
Toda la Escritura da Testimonio
CAPITULO CINCO:
Entendiendo la Fe y la Verdadera Unidad
Koinonía versus Institucionalismo
¿Cómo podemos saber?
Conclusión
CAPITULO SEIS:
El Único Camino a la Unidad
Sumario
La Cuestión Doctrinal
Israel y Jesucristo
CAPITULO SIETE:
Pablo, Juan y Pedro
CAPITULO OCHO: La Naturaleza Esencial de la Iglesia
Distinguiendo a los Cristianos
La Vida de la Iglesia (Ekklesia)
CAPITULO NUEVE:
¿Y qué acerca de las Sectas y Denominaciones?
Variedad Esencial
La única Base para la División
El Asunto Definido
CAPITULO DIEZ: Varios Asuntos Aclarados
CAPITULO ONCE:
El Romanismo como el Origen del Sectarismo
CAPITULO DOCE:
¿Es posible la unidad?
Dos párrafos con comentarios míos intercalados:
Esto es verdad conforme lo vemos, pero debemos recordar que la unidad de los cristianos no es un asunto de esfuerzo humano o cooperación. La verdadera unidad debe venir solamente de Dios, y cuando hay verdadera comunión con Dios, eso vendrá naturalmente de él mismo (como digo yo: la unidad ha de ser derramada como en Hc 2 y 4, tiene que venir de arriba, no lo podemos fabricar ¡por ello las iglesias locales deben ser llevadas al Aposento Alto! ¡Necesitamos reengancharlas a la Cabeza! Esa es la particularidad de la revelación de Finisterre). El poder de los cristianos no viene de cooperación humana sino de una vida-unión con Dios.
Es el poder de Dios obrando en el hombre. Por eso, un Cuerpo no puede ser creado por colaboración
humana. Existe simplemente removiendo las barreras y teniendo comunión con Dios, una realidad
que prevalece entre aquellos que lo obedecen y se aman unos a otros. Ningún otro método
meramente humano lo conseguirá. “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma,
y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”. Esta es la ley y los
profetas, y también el Evangelio.
Creyentes que están fuera de sectas y denominaciones no encontrarán ninguna necesidad de
ellas para tener plena y completa comunión con Dios y con los hombres en la Ekklesia. Mientras que
esos que están dentro, aunque no necesiten dejar su organización institucional, (¿???creo que esto no respeta el llamado a salitr de Babilonia) ciertamente deben enfrentar directamente el asunto de obediencia a Dios en la operación práctica de la comunión ilimitada que Él ha diseñado que ellos tengan como miembros del cuerpo global de Cristo.El resto puede descargarse en el enlace:
http://www.awildernessvoice.com/SpanishArticles/Un_cuerpo_en_Cristo.pdf
Saludos a todos en nuestro precioso Señor Jesucristo.
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