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jueves, 15 de marzo de 2012

El último ídolo por quitar: EL DIOS DEL MINISTERIO.





El último dios por
quitar





George Davis  y Michael Clark


Juan cerró su primera epístola con estas palabras, “Hijitos, guardaos de los ídolos, Amén” (1ª Juan 5:21).

La Biblia ampliada dice, “Hijitos, guardaos de los ídolos (dioses falsos)[guardaos de cualquier cosa que ocupe el lugar de Dios en vuestro corazón, de cualquier cosa que Le sustituya o que tome el primer lugar en vuestra vida] Amén (así sea).

El diccionario del Nuevo Silgo define a un ídolo como “… cualquier persona o cosa que sea el objeto de un respeto de adoración ciega o una devoción desordenada.” En resumen, un ídolo es cualquier cosa que no sea Dios a quién rindamos adoración. La cristiandad hoy día venera a un icono por encima de todos los demás. Es el ídolo
más engañoso, ilusorio y amado, conocido del hombre religioso. Aunque los otros
ídolos sean más obvios y más fácilmente desechados, este objeto de adoración es con frecuencia el último dios por quitar. Se habla de él en todas las televisiones y
emisiones radiofónicas “cristianas y es el pico de un mero indecible de libros “cristianos”. Muchos gastan sus vidas en una devoción imperecedera, quemándole incienso desde las tempranas horas de la mañana a las horas más tardes de la noche.
¿Cuál es este ídolo que embruja a tantos cristianos bien intencionados? ¿Es la estatua
de un dios fenicio puesta en un santuario secreto? No. Es más sutil que todo eso. Es el dios del ministerio.

Detrás de este ídolo hay un objeto de adoración aún más siniestro y engañoso. Como en la película “El Mago de Oz”, si quitas la cortina que hay detrás del destello, del fuego y del humo de tanto “ministerio” hoy día, lo que descubres es un culpable totalmente diferente. Escondido detrás de la cortina llamada “Mi Ministerio”, lo que hay es el fraude del interés personal que se exalta a sí mismo. Mucho de lo que hoy día se hace en nombre del ministerio procede de un desordenado romance con nuestras propias reputaciones, y se parece más a una campaña política de representación proporcional, completada con una encuesta mental para determinar tus resultados. Al final del día, el éxito lo determina el repaso de una lista invisible de toda la gente que puede dar o ayudar tu causa, el descubrir que todos ellos han sido apaciguados. Si, “nada tiene tanto éxito como la apariencia del éxito” (Christopher Lasch).

Jesús contras esta idolatría a Su propia devoción al Padre. Él dijo a los fariseos, “Gloria de los hombres no recibo. 42 Más yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros. 43 Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis. 44 ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único? (Juan
5:41‐44). Meditemos en estas palabras por un instante.

Un rasgo de predominante de esta idolatría lo expresan las palabras de Cristo, “si alguno viene en su nombre, le recibís”. ¿Cntas veces vemos esto? Grandes multitudes que se reúnen para escuchar y ver a hombres de renombre que vienen en su propio nombre.  Y sin embargo, el que es verdadero, el que busca la honra del Único Dios verdadero y rehúsa aceptar honra de hombres, ése no es recibido. Una de las calificaciones no escritas de este viejo club de amiguetes es “Tú me das una palmadita en la espalda, y yo te la doy a ti”.

¿Cntas veces vemos a hombres en el ministerio que vienen en su propio nombre? De este  modo  tenemos  los  Ministerios  de  Bobby ... ,  los  Ministerios  dKenneth ... y  Asociados,  la  Universidad  de ..., Instituto Bíblico de ..., etc., etc. El hombre carnal adora  poner luces  de neón a su nombre. Y los  seguidores carnales adoran  identificarse  con personalidades de renombre. ¿Has visto el gran cartel anunciador de Juan el Bautista en el precipicio junto al Jordán, anunciando “Ministerios de  Juan el Bautista”, o “Nosotros somos el bautismo...”? No. Juan no vino en su propio nombre. Cuando los mensajeros  de  los  líderes  religiosos  de  Jerusalén  l preguntaron  quién  era, simplemente contestó: “Soy la voz de uno que clama en el desierto”. Juan no vino a exaltarse  a  si  mismo  sino  a  preparar  el  camino del  Único a quien Dios  quería glorificar, el mismo Hijo de Dios.

Jesús dijo a esos Fariseos, “gloria de los hombres no recibo pero os conozco Hay pocas dudas de lo que Cristo está comunicando con esto. Puesto que estos fariseos no tenían el amor de Dios EN ellos ni buscaban la gloria de Dios, tampoco adoraban realmente a Dios. En lugar de eso, se honraban a sí mismos. Buscaban la gloria de los hombres, y no la gloria que procede solo de Dios. Su capa religiosa era solo una táctica para ganar poder sobre los justos.

Pablo lo expresaba de este modo: “Pero el que se gloríe, gloríese en el Señor, porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo sino aquel a quien el Señor alaba” (2ª Cor.
10:17‐18). En otra parte escribía: “Porque, ¿busco el favor de los hombres, o el de Dios? ¿Lucho por agradar a los hombres? Porque si todavía agradara a los hombres no sería siervo de Cristo” (Gál. 1:10). No puede esta más claro. Si nuestro enfoque es el favor de los hombres, no podemos ser siervos de Cristo. No somos verdaderos si no buscamos la gloria que procede solo de Dios. Recibir gloria en esta vida por la obra de Dios es dejar de recibirla de parte de Él en la próxima. Nos dirá, en el juicio, “Os digo, ya habéis tenido vuestra recompensa”.

Cuando nuestro sentido de la responsabilidad es horizontal hacia el hombre en lugar de vertical hacia Dios, no podremos ser fieles a Cristo. Cuando buscamos la alabanza de los hombres, los celos y la incredulidad se introducirán arrastrándose. Jesús dijo, “¿Cómo podéis creer si recibís gloria los unos de los otros?” La creencia es más que adherirse a un sistema de doctrina. Es fidelidad a la dirección de Dios y obediencia solo a Él. Vives lo que crees.


Las redes del viejo club de amiguetes

A menos que el hombre sea libre de la ambición privada y libre de la necesidad de recibir la aprobación de otros hombres, no pod ser un verdadero siervo al pueblo de Dios. Pablo escribió, “Porque siendo libre de todos, me he hecho esclavo de todos, para poder ganar a mayor mero posible” (1ª Corintios 9:19). Con toda certeza, no puedes servir a otros y hacer lo mejor para ellos si tienes miedo de dejar de tener su aprobación.  Este temor es lo que hace que funcione este viejo club de amiguetes. En asociaciones de éstas, los miembros constantemente tratan de hacer que  todos  tengan  buen  aspecto  y  ganen  la  aprobación  de  la  camarilla  con  la esperanza de poder ascender por la escalera.

Un  ministro  que  tenga  buenas  incursiones  en  la  comunidad  apostólica/profética actual, tiene a un solo hombre en la spide que instruye a los otros ministros bajo su mismo lugar de reunión a que corten con cualquiera que no ceda a la autoridad de ellos. Él y su cuerpo gobernante también aboga por quitar a los pastores que no se sometan al poder de sus ministerios. Habiéndome criado en la Iglesia Católica, yo (Michael) veo la misma estructura controladora de arriba abajo en este grupo protestante de mi juventud. Se ha vuelto a probar el proverbio, Como la madre, así también las hijas” (lee Ezequiel 16:44‐45)

Este movimiento tiene nombres distintos, como Tercer Día, Tercera Ola, o Nueva Reforma aposlica, y es el equivalente religioso del orden de los gobiernos del sistema de la Bestia del Nuevo Mundo. Estos ministerios del Tercer Día profesan pensar fuera la vieja caja, aunque un análisis más exacto de su estructura revela la misma  caja  vieja  con  un  nuevo  aspecto  externo.  Lo  que  nunca  tocarán  es  la estructura jerárquica que ha estado funcionando a lo largo de los últimos 1700 años. Si acaso, lo que viene es una mayor concentración de poder de los pocos que están arriba. Estos pocos toman para sí los títulos de apóstoles y profetas. El pensamiento es como sigue, “Si hilvanamos los nombres y los títulos de las Escrituras de lo que hemos construido en el pasado, entonces Dios lo va a bendecir con toda seguridad”. Pero en realidad nada ha cambiado. El espíritu controlador sigue siendo el mismo.

Este es el mismo todo que David y Uza usaron para traer de vuelta el arca a Jerusalén. Puesto que los filisteos habían llevado el arca de vuelta a Israel sobre un carro, pensaron que un nuevo carro sería ideal para llevar el arca al Monte Sión. Dios no se impresionó en absoluto entonces y tampoco es impresionado ahora. Cada carro necesita gente para estabilizarlo. Con toda garantía, el buey—los que están cargados con hacer que el nuevo sistema funcione—se tambaleará. La gente y los movimientos siempre mueren y finalmente lo que queda es otra fría denominación.

Para que la presencia de Dios regrese en poder a Su templo, el cuerpo de Cristo, Dios debe ser veraz y todo hombre mentiroso. Dios no compartirá SU gloria o poder sobre la iglesia con los hombres, incluso si estos son sacerdotes. Dios golp a Uza porque él y sus hijos sacerdotes fallaron en el cumplimiento del orden debido. No hablamos de una casta de sacerdotes que hace la obra del ministerio. EN el Nuevo Testamento, todo hombre y mujer son sacerdotes y ministran al Señor, estando apartados completamente para Seguirle solo a Él.



Hombres que serían Reyes


Una de las leyes no escritas del viejo club de amiguetes, es que los miembros que gobiernan han de hacer que los otros miembros gobernantes siempre tengan un buen aspecto. Nunca se debe hablar mal de otro líder en frente del laicado”. Una apariencia de solidaridad siempre debe mantenerse ante los fieles, porque de otro modo pueden perder la fe en tu derecho a gobernarlos.

Yo, Michael, estuve bajo uno de esos ministerios en mi juventud. El ministro principal que supervisaba todo con mano de hierro, nos daba instrucciones de alabarlo a los ojos del público, mencionando su nombre y títulos gloriosos todo el tiempo. Si lo hacíamos, él también hablaría maravillas de nosotros ante los demás y así, TODOS tendríamos un buen aspecto. Pero, ¿Qué pasó con las palabras de Jesús cuando dijo, “Si Yo soy levantado, YO ATRAERÉ a todos los hombres”? El hombre carnal quiere levantar SU propio nombre por encima del nombre de Cristo. Esta es la esencia misma del anticristo, que no solo significa en contra de Cristo, sino que desplaza a Cristo.

Si somos esclavos del temor de los hombres, no podremos hacer lo que sea mejor para ellos ni para nosotros. Tendremos demasiado temor de corregir a la gente cuando el Espíritu nos muestre que están fuera de todo orden y enseñando falsas doctrinas. El temor del hombre tiene dos lados. Un lado es amar ser alabados y vistos, el otro el temor del rechazo y el reproche.

Si Cristo hubiera buscado honra del hombre, nadie sería salvo hoy. El último lugar al que Él hubiera ido habría sido el de la vergonzosa y humillante muerte de la cruz. Gracias a Dios que se puso la cruz al hombre, salió fuera del campamento y sufrió y murió por nuestros pecados.



El último dios que quitar


En el reino que Jesús vino a establecer, no hay casta sacerdotal que gobierne sobre los santos. ¡Pablo plantó creyentes en Cristo. NO PLAN IGLESIAS ni se convirtió en cabeza sobre ninguna! Dondequiera que se encuentren dos creyentes o más, esa era la iglesia en la zona. Dios era autónomo sobre ellos como SUS sacerdotes. La mente de Dios no ha cambiado. Jesús aún está construyendo SU iglesia, corazón a corazón, paso a paso. Su Iglesia es construida siguiendo el patrón de los cielos y no puede ser ayudada mediante métodos romanísticos mundanos.

Pablo clamó a los Corintios:

1 ¡Ojalá me toleraseis un poco de locura! Sí, toleradme. 2 Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo. 3  Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.
4 Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis;” (2ª Cor. 11:1‐4)

¿Puede alguien leer esto y no sentir el corazón de Pablo? ¿Dónde están nuestros corazones? ¿Estamos desposados con UN Marido o nos han desposado nuestros ministerios consigo mismos? ¿Con quién y de q estamos enamorados? La palabras de Dios habladas a través del profeta Jeremías suenan hoy tan ciertas como entonces: “Porque mi pueblo me ha olvidado, incensando a lo que es vanidad, y ha tropezado en sus caminos, en las sendas antiguas, para que camine por sendas y no por camino transitado.”(Jeremías 18:15). ¿Ofrecemos incienso a un engaño o adoramos al Dios verdadero? ¿Levantamos altares secretos y quemamos incienso a nuestra propia imagen—nuestros propios ministerios?

Pablo escrib que los eventos del Antiguo Testamento “sucedieron como ejemplo, y han sido escritos para nuestra amonestación…” (1ª Cor. 10:11). Sus tipos y sombras son ejemplos que se aplican con frecuencia en minucioso detalle, a la obra actual de Dios en la Iglesia.

Hoy día mucha gente está cumpliendo la misma visión idólatra que Ezequiel vio en los capítulos ocho y nueve.

“Me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos de la casa de Israel hacen en tinieblas, cada uno en sus cámaras pintadas de imágenes? Porque dicen ellos: No nos ve Jehová; Jehová ha abandonado la tierra. Y me llevó al atrio de adentro de la casa de Jehová; y he aquí junto a la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar, como veinticinco varones, sus espaldas vueltas al templo de Jehová y sus rostros hacia el oriente, y adoraban al sol, postrándose hacia el oriente” (Ezequiel 8:12,16)

El capítulo comienza con estos ancianos de Jerusalén sentados con Ezequiel en su casa, ofreciendo un buen aspecto por fuera. Pero el profeta es llevado dentro del círculo interior por un ángel y se le muestra lo que hacen en las cámaras escondidas de sus corazones. Es llevado por la visión hasta el atrio interior del templo y ahí ve a cada hombre postrado delante de su propia imagen (Imaginación o vanidad—ver el significado hebreo de imagen) en el atrio interior del templo de Dios. Son empujados por el dios de los celos (envidia en hebreo). Bajo la guisa de estar ministrando al pueblo, daban la espalda al templo de Dios construido de piedras vivas.

Dios entonces ordena a Su ángel vestido de lino blanco, la vestimenta de los verdaderos sacerdotes del atrio interior [lee Ezequiel 44:17‐18] a salir y marcar las frentes de todos los que lloraban: “y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una sal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella” (Ezequiel 9:4).  Entonces cae el juicio sobre los que no habían sido marcados.

Toma nota. Dios ha vuelto a enviar a sus ángeles para marcar las frentes de todos los que lloran por el estado caído de este interesado liderazgo de iglesia. Todos los que no hayan sido marcados, los que hayan obtenido un beneficio de esta apostasía actual y que avancen con ella, serán tratados. El juicio comienza primero por la casa del Señor.



¿Hemos sido desposados con Un Marido?

¡Con  q rapidez  vendemos  al  Hijo  vivientde  Dios  por  otros  ídolos!  ¡Pablo desposaba a los nuevos creyentes al MISMO JESUCRISTO, no a Pablo, no a una jerarqa! Como el amigo del Esposo, los presentó como vírgenes castas a Jesús, el único Esposo. No eran de Pablo, de Apolos ni de Cefas. Por ser propiedad únicamente de Jesús, todas cosas eran de ellos en Cristo (Lee 1ª Corintios 3).

Los hombres en el ministerio siguen desposando a la esposa a ellos mismos, refiriéndose constantemente a mi ministerio, mi congregación o mi iglesia. Actúan como si ellos fueran el esposo verdadero. Si uno de estos hombres hubiera sido enviado por Abraham a buscar una esposa para Isaac, Isaac todavía la estaría esperando en Canaán (lee Génesis 24). Este interés es perverso y enfermo, y sin embargo, el pueblo de Dios es literalmente tomado por esta sutileza. En lugar de seguir a Jesús, siguen a un hombre que les dice que Él tiene el NUEVO camino para llegar a Jesús, o las llaves a toda la verdad.

Pablo advirtió a la Iglesia de Éfeso:

“Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros  lobos  rapaces,  que  no  perdonarán  al  rebaño.  30   de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para  arrastrar  tras  sí  a  los  discípulos.  31    Por  tanto,  velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.” (Hechos 20:29‐31)

Lobos rapaces que devoran el rebaño de Dios nunca podrán producir un nuevo odre para que el nuevo vino de Dios pueda ser derramado en su interior. Están EN la Caja, nunca pensarán fuera de la caja ni tampoco dejarán que otros bajo su dominio lo hagan. Jesús habló del espíritu del anticristo (en lugar de Cristo) cuando dijo a los líderes judíos: “¡Mas ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el

reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.” (Mateo 23:13). Pueden repintar el sepulcro blanco tantas veces como quieran, pero dentro sigue habiendo un cadáver corrupto que mata a todo lo que entre en contacto con él.

Hoy día los cristianos siguen aguantando a los que son de otro espíritu, a los que predican otro evangelio, y representan a otro cristo. Cuanto más cambian las cosas, más seguirán siendo los mismos. Pero hay esperanza. Recibimos cartas de amados santos que están encontrando la verdad en AQUEL que dijo, YO SOY LA VERDAD”. Los últimos movimientos apuntan a si mismos y a sus nombres, posiciones y títulos aposlicos. Quieren gobernar sobre los creyentes, de forma que rara vez los llevan a Cristo. Si estos hombres y mujeres fueran honestos, adoptarían la canción country cantada por Toby Keith como su canción lema. “Quiero hablar de MI, hablar de YO…”



La motivación del corazón

El motivo del corazón determina si eres o no verdadero a los ojos de Dios. La preocupación actual con el asunto de dar cuentas en la iglesia es asegurarse de que los que están en la spide permanezcan ahí. Los ambiciosos que suben hacia la cúspide usan el sometimiento para conseguir su trozo de pan. Salomón dijo: “Hacer acepción de personas no es bueno; Hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre.” (Proverbios 28:21). Estas personas pueden ser compradas y de hecho lo han sido. Se venden para obtener la promoción a los ojos de hombres de honra. Tal y como Jesús lo expresa: Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará a otro; o se aferrará a uno y dejará al otro (Mateo 6:24). No sorprende que la iglesia esté llena de apostasía en estos días.

El hombre no puede mantener una verdadera responsabilidad de dar cuentas a los hombres, y seguir siendo fiel a Dios. Si el temor de ser llamado al trabajo por el hombre es lo que nos motiva, entonces no estamos sirviendo a Dios verdaderamente, sino que nos estamos postrando delante de dioses menores. Una de las primeras lecciones que yo (George) aprendí como niño fue “¡Dios lo ve todo!Puedes correr, pero no te puedes esconder. Él es ahí, cuando no hay nadie presente. Es un tipo de “Cristianismo” de baja calidad el que exige el escrutinio del hombre para forzar a los hijos de Dios a la obediencia. Estos sistemas de la responsabilidad de rendimiento de cuentas destruyen cualquier sentido en el creyente de “hacerlo todo para el Señor”. Las víctimas de este sistema se encuentran haciéndolo todo para los dictadores de la iglesia. Pablo hablaba de esto en el contexto de esclavos y señores. “No sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; 7 sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres” (Efesios 6:6‐7).

Yo, Michael, recuerdo la parálisis que sentía cuando era enviado a hacer alguna clase de trabajo para mi maestro en el grupo ministerial que ya he mencionado anteriormente. Siempre surgía algo que sobrepasaba las instrucciones del líder, y me sentía forzado a tomar una decisión por mi mismo. No importaba lo mucho que lo intentara, siempre terminaba equivocándome y después venía la consiguiente reprimenda. El temor (del hombre) trae consigo tormento. Desde entonces he aprendido que éste es el típico comportamiento de secta.

Nuestro Señor se “despojó de Su propia reputación”. No vino a ganar amigos o para influenciar enemigos, o para usar el poder del alma para conseguir un gran grupo de seguidores. Jesús no rindió servicio al ojo y tampoco agradó a los hombres. Sus ojos

estaban entrenados en el Padre, y solo hacía lo que veía hacer al Padre. ¿A quién rendía cuentas Jesús? ¿A quién honraba? ¿De quién recibía honra?

En la Iglesia de hoy promocionamos los ministerios como el mundo promociona a las estrellas del rock”. “Venid y ved al Doctor, Apóstol, Profeta, Evangelista, Pastor, Maestro, Hermano. ¡Es maravilloso! Se mueve en los nueve dones del espíritu y posee los cinco dones ministeriales en su humilde y pequeña alma.  Va a predicar de un granero lleno de un mensaje hirviente y luego seguirán milagros en el poder del Espíritu Santo (a demanda)”. Ha costado mucho tiempo, esfuerzo y publicidad, pero algunos han alcanzado el status de súper estrellas, sin preocuparles a quien hayan usado o pisoteado en el camino.



¡Levántate!


Hoy día hay una mentalidad que dice, “Si yo soy levantado delante de todos los hombres, entonces pod atraer a todos los hombres a Cristo”. Esta es una mentira absoluta del mismo Satanás. Jesús fue constantemente presionado a promocionarse a mismo. Un ejemplo de esto lo tenemos en Juan 7. La fiesta de los Tabernáculos estaba a la vuelta de la esquina, y Sus hermanos se burlaban de Él. “¡Ve donde Tus seguidores puedan ver Tus milagros! ¡No puedes hacerte un personaje público si te escondes de este modo! ¡Si puedes hacer cosas tan maravillosas como éstas, muéstralo al mundo! (Juan 7:3‐4). Cristo no estaba preocupado con convertirse en un personaje público. Había venido para dar testimonio de Su Padre, no de Él mismo. “El que habla por si mismo, su propia gloria busca”. (Juan 7:18). Los que hablan sus propias palabras de su propia autoridad buscan su propia gloria, pero lo que son enviados por Dios buscan solo la Suya. Estos son el artículo genuino.

El camino de Cristo es menguar, no aumentar. Es el camino del servicio humilde, no el del gobierno. Es el camino de la Cruz, no el de tronos dorados ni el de las poses sobre los sacerdotes de Dios.

Escoge la cruz, amado santo, no el camino que parece recto a los hombres pero termina en muerte. Jesús, el Hijo Patrón. ¡Seguidle sólo a Él! Entonces, cuando estés ante Él, oirás, “Bien hecho, buen siervo fiel”, y no, “Os digo que ya tenéis vuestra recompensa”.



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