TRADUCTOR-TRANSLATE

jueves, 16 de diciembre de 2010

LA GRACIA

Gracias, Debi, por este envío.

LA GRACIA


“El Dios de toda gracia.”

1 PEDRO 5:10

¡Oh!, ¿cuándo llegará el corazón del hombre, siquiera en pensamiento, a la altura de la gracia y de la paciencia de Dios?

Es el amor que es en Dios, no ningún atractivo en el pecador, lo que explica la sobreabundante generosidad de su aceptación en Cristo.

Lo que el hombre natural entiende por misericordia no es … que Dios borre el pecado mediante el derramamiento de la sangre de Jesús, sino que Él pase por alto el pecado con indiferencia. Pero esto no es gracia.

No hay dar en la «provincia apartada», ni siquiera se dan las algarrobas. Satanás lo vende todo, y muy caro—al precio de nuestras almas. Todo se ha de comprar. El principio del mundo es «nadie da nada por nada». … ¿Quieres encontrar a alguien que realmente da? Has de ir a Dios.

La gracia no tiene límites, carece de ataduras. Seamos lo que seamos (y no podemos ser peor que lo que somos), a pesar de ello, lo que Dios es hacia nosotros es AMOR.

Su gracia … es siempre sorprendente … y se relaciona de tal manera con cada fibra y anhelo también de nuestros corazones con el acto de Cristo de hacerse hombre, que nos lleva a un lugar que nadie puede conocer si no está en él. Y sin embargo uno no es nada allí, aunque unido a Él que lo es todo—y ser nada es estar en un lugar de bendición.

La ley puede atormentar la conciencia, pero la gracia humilla.

«Siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros.» Vemos sencillamente dos cosas en esto—que el pecador carece de fuerza, está sin riquezas. Como el mísero hijo pródigo, ha desperdiciado todo lo que tenía, y ahora vuelve en sí, y está para volver, y no tiene nada que llevar consigo. ¡Como un marinero náufrago, todo lo ha echado por la borda, todo va a la deriva, y él mismo, debatiéndose en las oscuras olas, es echado sobre la playa, agotado y pobre, habiéndolo perdido todo! Pero bendito sea Dios, si hemos llegado a la playa, Dios está ahí, y es por nosotros … y sabemos que no seremos rechazados, y que podemos recurrir ahora a todas las cosas que Dios puede dar. «El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?»

La forma en que llego a sentir la enormidad del pecado es por la grandeza de la gracia que ha dado satisfacción por el pecado.

«Para mostrar en los siglos venideros las sobreabundantes riquezas de su gracia en su benignidad para con nosotros en Cristo Jesús.» Esta es la manera en que los ángeles aprenderán, junto con los principados y poderes en los lugares celestiales, el significado de «las sobreabundantes riquezas de su gracia». ¡Ellos verán al pobre ladrón, y a la mujer de la ciudad que era pecadora, y también a nosotros, en el mismo lugar y gloria que el Hijo de Dios!

Dios te enseñará, en el desierto,
Cómo es el Dios que has conocido;
Paciente en gracia, poderoso en santidad,
Toda Su gracia hará Él abundar contigo.

El elogio, «Bien, siervo bueno y fiel», suena dulce a los oídos, y tanto más para aquel que sabe que solo es por Su gracia que podemos ser lo primero y lo segundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agradecemos cualquier comentario respetuoso y lo agradecemos aún más si no son anónimos. Los comentarios anónimos no serán respondidos.