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martes, 10 de julio de 2012

EL NUEVO COMIENZO (LA CIRCUNCISIÓN DEL CORAZÓN: FIN DE LA VIEJA VIDA Y NUEVO NOMBRE O NUEVA VIDA), (E.V. Génesis, Witness Lee)




ESTUDIO-VIDA DE GÉNESIS

MENSAJE TREINTA Y OCHO

EL TRASFONDO Y EL ORIGEN
DEL LLAMAMIENTO DE DIOS
Y LA EXPERIENCIA DE LOS LLAMADOS


...

Génesis es un libro extenso, pero contiene solamente tres secciones: la creación (1:1—2:25), la corrupción introducida por la serpiente (3:1—11:9), y el llamamiento de Yahweh (11:10—50:26).

En el mensaje anterior vimos el significado del llamamiento de Dios: El llamado de Dios denota el nuevo comienzo que Él establece, el traslado de linaje, y el traslado de vida. Por nuestra parte, el llamado de Dios es un traslado de linaje y de vida, pero por el lado de Dios es un nuevo comienzo. Dios tuvo un nuevo comienzo al crear al hombre, pero éste se corrompió. Por tanto, Dios vino a iniciar algo nuevo al llamar a Abraham. En realidad, este nuevo comienzo es el traslado del linaje de Adán al de Abraham, un traslado del linaje creado al linaje llamado. El llamamiento de Dios significa que somos llamados a salir del linaje original creado para pasar al linaje llamado actual. Este traslado de linaje no es solamente un asunto de posición, sino también de disposición (actitud), pues se trata en realidad de un traslado de vida.

Abraham experimentó el traslado tanto de posición como de disposición. Fue trasladado del antiguo país de Caldea a la buena tierra de Canaán. Este fue un traslado de posición. No obstante, Dios se forjó en él y también obró en él. En cierto momento, Dios le dijo que su nombre debía ser cambiado (17:5). La Biblia enseña que el cambio de nombre siempre indica un cambio de vida. Cuando el nombre de Abraham fue cambiado, su disposición, su vida, también cambió. Dios parecía decir a Abraham: “Sigues en el viejo hombre. Estás demasiado enfrascado en tu vida natural. Aunque fuiste llamado a salir del viejo linaje, todavía permanecen en ti la naturaleza y la vida del viejo linaje, y todavía vives por esa vida. Es necesario que Yo obre en ti. Debo cortar esa vida”. 

La extirpación de la vida vieja estaba representada por la circuncisión. La circuncisión de Abraham se produjo cuando Dios cambió su nombre. Exteriormente, su nombre fue cambiado e interiormente Dios tocó su disposición, su naturaleza y su vida. Después de que la fuerza de la vida natural de Abraham hubo sido cortada, nació Isaac en “el tiempo de la vida”. En realidad, Isaac no nació de la fuerza natural de Abraham; nació de la venida de Dios, pues Dios había dicho: “Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo” (18:14). La venida del Señor fue el nacimiento de Isaac. Esto significa que Isaac no fue producido por la fuerza natural de Abraham sino por una vida sometida a Dios. Con eso vemos que Abraham no sólo fue trasladado de posición, sino también de disposición.

Aparentemente Isaac no necesitaba un traslado de vida. No obstante, Esaú, el primero de los gemelos nacidos de Isaac y Rebeca, estaba centrado en lo natural. Dios nunca acepta nada de lo natural. Puesto que el primer hijo de Isaac era muy natural, Dios escogió al segundo. El primogénito representa la vida natural. Por esta razón, Dios quitó la vida a todos los primogénitos de Egipto la noche de la Pascua. Por el contrario, el segundo representa la vida trasladada. Jacob, por ser el segundo, fue escogido.

Aunque Jacob fue escogido, su naturaleza no fue cambiada. Por tanto, en cierto momento, Dios vino y tocó la fuerza natural de Jacob. En aquel tiempo, su nombre fue cambiado de Jacob, suplantador, por Israel, príncipe de Dios. De ahí en adelante, Jacob quedó cojo. Esto constituyó una señal de que Dios lo había tocado, de que su fuerza natural había sido anulada y de que había llegado a ser un príncipe de Dios. Este es el verdadero significado del llamamiento de Dios.

¿Fue usted llamado? Si tal es el caso, entonces debe salir de Caldea, de Babel, del antiguo linaje y de su vida natural. Debe salir de su vida natural y extirparla. En el llamado de Dios, se necesita el nuevo comienzo, el traslado de linaje y el traslado de vida. Todos debemos ser trasladados. En todos los años en que he estado con los santos, he observado el proceso de este traslado. Me he regocijado al ver que tantos santos han pasado por el traslado de vida. A veces este proceso no es agradable, pero después uno puede ver en los santos el verdadero traslado de vida. Este es el significado del llamado que Dios hace.

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