ESTUDIO-VIDA DE ÉXODO
MENSAJE
VEINTINUEVE
ISRAEL CRUZA EL MAR ROJO
Lectura bíblica:
Ex. 14:10-12, 16, 29-31; 15:1-21; He. 11:29; 1 Co. 10:1-2; 1 P. 3:20-21
(Ver completo: http://www.librosdelministerio.org/books.cfm?id=2056CCC7)
(Nota: Las anotaciones en letra azul son del blog)
La salvación completa de Dios incluye la Pascua, el éxodo y el
cruce del mar Rojo. Mediante la Pascua, los hijos de Israel fueron salvos del
juicio de Dios. Cuando
estaban en Egipto, eran como los egipcios; eran pecaminosos y hasta adoraban
ídolos (Ez. 20:7-8). Estaban bajo el juicio justo de Dios junto con los
egipcios. Según el juicio justo de Dios, estaban bajo sentencia de muerte. Por
consiguiente, los hijos de Israel necesitaban que el cordero pascual fuese su
sustituto. Puesto que la sangre del cordero había sido aplicada a los postes de
sus casas, Dios en Su juicio justo pasaría sobre ellos.
No obstante, los hijos de Israel no estaban solamente bajo el
juicio de Dios, sino también bajo la tiranía de Faraón. Ellos fueron usurpados
por Faraón para servir como esclavos a fin de cumplir el propósito de los
egipcios. Por lo tanto, los
hijos de Israel tenían dos problemas graves: el juicio de Dios y la tiranía de
Faraón. La Pascua podía salvarlos del juicio de Dios, pero
no era eficaz para rescatarlos de la usurpación de los egipcios. Para ser
salvos de la tiranía egipcia, los hijos de Israel necesitaban el éxodo y el
cruce del mar Rojo.
Si los hijos de Israel sólo
hubiesen tenido el éxodo sin el cruce del mar Rojo, su salvación no habría sido
segura, podrían haber regresado a Egipto. Dios consideraba seriamente el que Su
pueblo intentase hacer esto. Sin el cruce del mar Rojo, no habría ninguna línea
de separación.
En Éxodo 13:17, el Señor expresó Su preocupación por la posibilidad de que “el pueblo se arrepintiese cuando viese la
guerra y se volviese a Egipto”. Más tarde, en Números 14:4, algunos rebeldes dijeron: “Designemos un capitán, y
volvámonos a Egipto”. Por lo tanto, para ser librados totalmente de Egipto, los
hijos de Israel tuvieron que emprender su éxodo y también cruzar la línea de
separación al pasar a través del mar Rojo.
En Su creación, Dios preparó el mar Rojo para que sirviera de
bautisterio a Su pueblo escogido. Luego, durante el éxodo, Él condujo al pueblo
a este bautisterio. Esto no fue accidental; sino
conforme al Plan de Dios. Dios deseaba introducir a Su pueblo en una situación
donde ellos no pudiesen regresar a Egipto. En este mensaje, debemos
considerar el significado del cruce del mar Rojo por parte de Israel.
I. UN TIPO DEL
BAUTISMO
En 1 Corintios 10:1-2 Pablo dice: “Nuestros padres estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y
todos para con Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar”. Esto
indica que el cruce del mar Rojo tipificaba el bautismo. Esta nube se refiere a
la columna, la cual era el Señor mismo como Aquel que dirigía al pueblo.
1 Pedro 3:20-21 menciona que el paso del arca de Noé a través del
diluvio también tipificó el bautismo. Por el arca y a través del agua, Noé y
los miembros de su familia fueron salvos del juicio de Dios y del mundo maligno,
corrupto y condenado. El mismo diluvio que juzgó al mundo también separó a los
que estaban en el arca de lo que era el mundo. Después de que las aguas del diluvio bajaron, Noé y su
familia se encontraron en una nueva
esfera, en un nuevo mundo, donde
podían servir a Dios. El diluvio los había separado de la vieja esfera y los
había introducido en la nueva esfera. Inmediatamente después de salir
del arca, Noé construyó un altar y ofreció sacrificio al Señor (Gén. 8:20).
Vemos el mismo principio con el cruce del mar Rojo. En Egipto, los
hijos de Israel estaban involucrados con el mundo maligno, corrupto y condenado
y estaban bajo el juicio de Dios. La Pascua, que tipificaba a Cristo, los salvó
del juicio de Dios, así como el arca, que es también un tipo de Cristo, salvó a
Noé y su familia del juicio de Dios. Además, tal como la familia de Noé
necesitaba ser salva del mundo por medio del agua, también los hijos de Israel
necesitaban ser salvos de Egipto por medio de la misma. En el caso de los hijos de Israel, vemos tanto la sangre como el agua. La sangre del cordero pascual los salvó del juicio de Dios, y el agua los salvó de la tiranía de los egipcios.
En contraste con los hijos de Israel, la gran mayoría de los cristianos
contemporáneos han sido salvos solamente por la sangre y no por el agua. Muchos fueron bautizados en un ritual,
pero ese bautismo no es una experiencia
del agua que salva y separa. En el caso de la familia de Noé, y el de los hijos de Israel, el agua
era un medio de salvación y también
de separación. Si solo tuviésemos la
enseñanza del Nuevo Testamento sin los cuadros de Génesis y Éxodo, no
entenderíamos el bautismo de una manera completa. El pueblo de Dios fue librado de
la esclavitud de Egipto y la tiranía de Faraón a través del bautismo, al cruzar el Mar Rojo. En el mismo principio, a través
del bautismo hoy los creyentes son salvados del mundo y del poder
satánico de las tinieblas. (Más adelante veremos que el bautismo tipificado
por el cruce del Río Jordán
significa la liberación del viejo hombre. En este mensaje, cubriremos
solamente el aspecto del bautismo tipificado por el cruce del mar Rojo).
El bautismo asegura nuestra salvación. Si tenemos solamente la Pascua y el éxodo sin el
cruce del mar Rojo, nuestra salvación no estará segura. El cruce del mar Rojo
del bautismo sella nuestra salvación. Cuando bautizamos nuevos creyentes, debemos ayudarles a entender
el significado del bautismo. Deberíamos decirles que después de haber sido
salvos por medio de Cristo como la Pascua, deben pasar por el agua que los separa del mundo y del poder de las
tinieblas.
A. Bautizados en
Moisés
En 1 Corintios 10:2, Pablo dice que los hijos de Israel “fueron todos bautizados para con Moisés”.
Moisés tipifica y representa a Cristo. Por lo tanto, al ser
bautizados para con Moisés, en
realidad los hijos de Israel fueron bautizados en Cristo. Cristo es el
verdadero líder y no Moisés. Moisés era simplemente un tipo de Cristo. Hoy en
día, nosotros los que creemos en Cristo hemos sido bautizados en Cristo. Por
esta razón, Gálatas 3:27 habla de ser “bautizados
en Cristo”. Al ser bautizados en Cristo, estamos ahora bajo Su liderazgo. Antes de cruzar el mar Rojo, los
hijos de Israel tomaron a Moisés como líder, pero no por completo. No obstante,
después de cruzar el mar Rojo, “el pueblo
temió a Yahweh y creyeron a Yahweh y a Moisés su siervo” (Ex. 14:31), pues habían sido bautizados en Moisés. Del mismo modo, fuimos bautizados no en una denominación, práctica,
creencia, ni doctrina sino en Cristo, quien es nuestro líder y nuestra Cabeza.
B. En la nube
En 1 Corintios 10:2, Pablo afirma que “todos fueron bautizados en la nube y en el mar”. La nube representa al Espíritu. Cuando fuimos bautizados, fuimos bautizados en el Espíritu. En un sólo Espíritu
fuimos bautizados en un sólo Cuerpo.
C. En el mar
Además, el pueblo de Dios fue bautizado en el mar, el cual
representa la muerte de Cristo (Ro. 6:3). En el agua del bautismo, la cual representa la
muerte de Cristo somos terminados y
sepultados. Cuando se
bautiza un nuevo creyente, él debe entender que ha sido bautizado tanto en el
Espíritu como en la muerte de Cristo. El
(bautismo en el) Espíritu no debe estar separado de la (del bautismo en) muerte de Cristo. Tal como la nube y el mar
fueron uno, así también el Espíritu y la muerte de Cristo son uno. La muerte de Cristo se encarga de los asuntos negativos, mientras que el Espíritu de los positivos. Por un lado, muchas cosas negativas deben ser terminadas. Por
otro, los creyentes deben ser alentados positivamente a seguir adelante con el
Señor. Por el lado
negativo, el agua acabó con Faraón y su ejército. Por el positivo, la nube fue
el medio por el cual los hijos de Israel fueron guiados en su viaje.
¡Alabado sea el Señor por ambos aspectos del bautismo! Cuando un nuevo creyente
es bautizado, cada cosa negativa es aniquilada y sepultada. Luego el Espíritu
como una columna de nube lo conduce en su viaje con el Señor.
III. LA ALABANZA DE
LOS SALVOS
A. El cántico de
Moisés
...
2.
Conduce
a la habitación de Dios y a Su reino
...
Después de que el Tabernáculo fue erigido, se declaró la guerra. Los enemigos de Dios se levantaron en un intento de frustrar la edificación del templo (Que el pueblo de Dios no esté siendo perseguido hoy por los incrédulos –salvo en sitios puntuales, como Corea del Norte, India, África, países musulmanes, etc.- es debido a que el pueblo de Dios, en general, aun no ha levantado un auténtico Tabernáculo, una auténtica vida de iglesia, que pueda representar y manifestar a Dios y ejercer Su dominio; -2ª Tim. 3:12). Estos enemigos incluían diferentes pueblos, a los edomitas, los moabitas, los filisteos y los cananeos. Estos pueblos representan a los incrédulos, los paganos. Los descendientes de Esaú, los edomitas, representan los que son naturales, los que no han sido escogidos, redimidos, regenerados, ni transformados (éstos creen, solo creen, no adoran ni sirven al diablo, pero si le pertenecen). Los descendientes de Lot, los moabitas representan (los cristianos) a los carnales, pues su origen fue el incesto, un acto extremadamente pecaminoso y carnal (cristianos incircuncisos de corazón, el Sistema de la Ramera, que, consciente o inconscientemente, se acuesta o participa con el Sistema Satánico económico, político y religioso, en diferentes grados y formas; recibiendo paga de éste para su subsistir y evitar la marginalidad y la persecución). Los filisteos representan los cristianos mundanos, los que viven entre Egipto y la buena tierra. Son muchos los creyentes mundanos hoy en día. Finalmente, los cananitas están relacionados con los poderes malignos en los lugares celestiales (es decir, son incrédulos que conscientemente militan en el ejército satánico).
muy bueno!!!!!
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