Creo que no hemos empezado a comprender el poder maravilloso que existe en la calma. Vivimos tan apresurados que corremos el peligro de no dar a Dios la oportunidad de que obre. Podemos confiar en que Dios nunca nos dice: "Permaneced quietos" o "sentaos y no moveos" o "estad quietos"; a menos que sea Él quien va a hacer algo.
Esta es nuestra dificultad en nuestra vida cristiana: nosotros queremos hacer algo para ser "buenos" cristianos; cuando lo que en realidad necesitamos es que Él haga algo en nosotros o por nosotros. ¿Sabes lo quieto que uno tiene que estar cuando el fotógrafo lo está retratando?
Dios tiene un propósito eterno para nosotros: que seamos semejantes a su Hijo", y para esto, lo que debemos hacer es guardar una actitud pasiva. Nosotros oímos demasiado acerca de la actividad, pero lo que necesitamos saber sobretodo es qué significa ¡estad quietos y conoced que yo soy Dios!" (Sal. 46:10).
(Crumbs)
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-Adaptado de "Manantiales en el Desierto".
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