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Véase: https://josemariaarmesto.blogspot.com/2015/06/estrella-de-david-o-emblema-del-dios.html |
Cuando
le llega el momento de mudar su piel a la serpiente, se desliza entre
las grietas de las rocas y utiliza el roce en la apretura para
deshacerse se su viejo vestido y dar lugar al nuevo.
¡Solo
el nuevo vestido, el nuevo hombre, sin mancha ni arruga ni remiendos
de otro viejo vestido, satisface a nuestro Padre!
¡Triste y lamentable!, pero esta es la realidad del cristianismo babilónico, humanista, laodicense, denominacional, religioso, no circuncidado, leudado por la Gran Ramera Babilónica, la (católica) mujer que escondió levadura en tres medidas de harina hasta que todo fue leudado (Mat. 13:33).
¡Cuán
sibilina y astuta ramera fue necesaria para pervertir y producir
innúmeras ramerillas, y esto sin que ellas mismas fueran conscientes
de que quien las violaba y prostituía era su misma madre! Fueron,
amamantadas, criadas y abusadas entre sus amplias y generosas faldas.
Algunas crecieron y no soportando la hediondez de tal oscuro cobijo
quisieron escapar de allá. Entre ellas las más osadas huyeron hasta
sus mismas fronteras. ¡Lástima que nunca las cruzaran!
"¿Cómo
lo sabe?", me pregunta. Pues porque en su equipaje, en su
ropa, aún en su misma piel, todavía llevan impreso a fuego el
logotipo o hierro de su dueño.
Satanás,
maestro del disfraz, tiene tantos hierros de marcar como se quiera,
casi tantos como ombligos: cruces, pececitos, hexagramas, prácticas
rituales, tradiciones humanas paganas, navidades o saturnalias,
semanas "santas", TV (debemos sacar la TV mundana de
nuestras casas y el mundo de nuestras TV 'cristianas'),
Hollywood, Champions, Olimpiadas (su nombre viene de los Dioses del
Olimpo) … El Diablo nos ha hecho creer que son hierros de
Jesucristo, que una marquita de nada aquí o allá no tiene
importancia. A él no le importa con tal que no vayamos más
lejos, con tal que dejemos al menos una pezuña en su
territorio, incluso no le importa que nos marchemos con tal que no
pasemos del desierto y crucemos el Jordán,
Éx.
8:28: Dijo
Faraón: Yo os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificios a Yahweh
vuestro Dios en
el desierto, con
tal que no vayáis más lejos;
orad por mí.
Éx.
10:26: Nuestros
ganados irán también con nosotros; no
quedará ni
una pezuña;
porque de ellos hemos de tomar para servir a Yahweh nuestro Dios, y
no sabemos con qué hemos de servir a Yahweh hasta que lleguemos
allá.
"Un
pececito, una crucecita, son solo algo externo; celebrar las
navidades con su abeto, etc. no es para tomárselo tan a pecho, ...",
me dice.
Sí
claro, pero el problema estriba en que si se está marcado con alguno
de sus hierros, reflejo de un corazón aún no completamente
purificado, de alguna forma el dueño de ese hierro, de esa marca, de
ese logo, sigue teniendo derechos legales sobre su propiedad y
Yahweh los reconoce y no tomará nada inmundo para Sí. Y si Dios no
lo puede tomar ¿quién lo tendrá tomado? ¿Ignora usted que esa
marca se constituye en un sigilo que da una puerta de acceso a
Satanás en su vida o iglesia, una grieta en
su muro que amenaza ruina (Is. 30:13)?
Permaneciendo
en Babilonia ya sea con una sola pezuña, un lugarcito
alto por aquí o por allá, un arbolito frondoso por
acullá, una obrita muerta, eso sí, "para el Señor",
nos hace inmundos y contaminará todo lo que le ofrezcamos.
Hag.
2:13: Y
dijo Hageo: Si
un inmundo a
causa de cuerpo muerto tocare
alguna cosa de estas,
¿será inmunda? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: Inmunda
será.
Definitivamente,
no podemos sacrificar a Yahweh desde Babilonia. ¿Podían
cantar los ancianos en Babilonia las canciones alegres de
Jerushalayim? (Sal. 137).
¿Hubiérase sentado, ayunando y enlutado Nehemías si los muros
de Jerusalén no hubieran estado derribados y sus puertas quemadas a
fuego? (Neh. 1). ¿Hubiera lamentado
Jesús la obstinación de los religiosos, amenazándoles con dejar
desierta su casa, habiendo podido cobijarlos bajo sus alas como
la gallina a sus polluelos? (Luc. 13:34-35)
¿Podremos nosotros hoy, inmersos en idéntico cautiverio,
cantar y aún danzar sin la asistencia conminatoria de "porristas
de culto", o será más bien la hora de aullar y
lamentarse (Jer. 25:34), del
cilicio y de la ceniza (Jer. 6:26)?
¿Quiere
saber si aún está en Babilonia? Revise su "casa", sus
"aperos" y aún su "piel". Si encuentra alguna
marca, tradición o práctica ritual además del sello del Espíritu
Santo, entonces probablemente aún no cruzó la frontera y continúa
en el Sistema Religioso Babilónico de la Gran Ramera. Siendo así,
aunque sea con algún logo "evangélico",
aún está en la carne, aún está en el humanismo, aún está en la
religión, aún en el Antiguo Testamento. Porque cualquier
cantidad de levadura, por ínfima que sea, acabará leudando toda la
masa y, más tarde o más temprano, el proceso de degradación te
llevará a la desintegración (Gál. 5:9)
(más aún cuando esa levadura es objeto de tráfico comercial en
nuestras librerías "cristianas", ¿o debería llamarlas
'mercadillos del templo'?).
Despréndase
pues de todos los diosecillos ajenos que dan lugar a que el
diablo todavía pueda andar persiguiéndole y de todos los zarcillos
que le enredan, que le impiden la entrada en Canaán,
¡en Luz (Betel)! (Gén. 35:6).
Sea sanado de la ceguera judicial en que se encuentra, que es la
causa de que haga tanto tiempo que no tiene revelación de Dios. Esa
Raquel, su mujer babilónica e idólatra (la carne), y su
ama, el Sistema Religioso Babilónico que la tutela, (Gén.
31:34; Gál. 4:30) a las que tanto ama, ambas dos deben
morir, para que pueda avanzar. De lo contrario nunca entrará en
la Tierra del solaz que tanto anhela (Heb.
4:9-11).
Génesis 35:1 Dijo
Dios a Jacob: Levántate y sube a Bet-el
(Luz),
y quédate allí; y haz
allí un altar
al
Dios que te apareció cuando huías de
tu hermano Esaú. 2 Entonces
Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad
los dioses ajenos que
hay entre vosotros, y limpiaos,
y mudad
vuestros vestidos. 3 Y
levantémonos, y subamos
a Bet-el;
y haré allí altar al
Dios que me respondió en el día de mi angustia,
y ha
estado conmigo en el camino que
he andado. 4 Así
dieron a Jacob todos
los dioses
ajenos que
había en poder de ellos, y los zarcillos que
estaban en
sus orejas;
y Jacob los escondió debajo de una encina que estaba junto
a Siquem. 5 Y
salieron, y
el terror de Dios estuvo sobre las ciudades que había en sus
alrededores, y no persiguieron a
los hijos de Jacob. 6 Y
llegó Jacob a Luz,
que está en tierra de Canaán (esta
es Bet-el),
él y todo el pueblo que con él estaba. 7 Y
edificó allí un altar, y llamó al lugar El-bet-el, porque allí le
había aparecido Dios, cuando huía de su hermano. 8 Entonces
murió Débora, ama
de Rebeca, y
fue sepultada al pie de Bet-el, debajo de una encina, la cual fue fue
llamada Alón-bacut (la
encina del llanto).
9 Apareció otra vez Dios a Jacob, cuando había vuelto de
Padan-aram, y
le bendijo. 10 Y
le dijo Dios: Tu nombre es Jacob; no
se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre;
y llamó su nombre Israel. 11 También
le dijo Dios: Yo soy el Dios omnipotente: crece
y multiplícate;
una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes
saldrán de tus lomos. 12 La
tierra que
he dado a Abraham y a Isaac, la
daré a ti,
y a tu descendencia después de ti daré la tierra. 13 Y
se fue de él Dios, del lugar en donde había hablado con
él. 14 Y Jacob (todavía
era Jacob, a pesar del v. 10) erigió
una señal en
el lugar donde había hablado con él, una señal de
piedra,
y derramó sobre
ella libación,
y echó sobre ella aceite. 15 Y
llamó Jacob el nombre de aquel lugar donde Dios había hablado con
él, Bet-el.
16 Después
partieron de Bet-el; y había aún como media
legua de
tierra para
llegar a Efrata,
cuando dio a luz Raquel, y hubo trabajo en su parto. 17 Y
aconteció, como había trabajo en su parto, que le dijo la partera:
No temas, que también
tendrás este hijo. 18 Y
aconteció que al
salírsele el alma (pues murió),
llamó su nombre Benoni; mas su
padre lo llamó Benjamín. 19 Así murió Raquel,
y fue sepultada en
el camino de Efrata, la cual es Belén. 20 Y
levantó Jacob un
pilar sobre
su sepultura; esta es la
señal de la sepultura de Raquel hasta
hoy.
Ya
sabe, mi querido hermano, con ellos, con los religiosos, los
carnales y los incrédulos, ni
compañerismo, ni comunión, ni concordia, ni parte, ni acuerdo. (2ª
Cor. 6:14-7:1). Ningún
fin justo, ninguno, justifica medios injustos o inmundos.
(Le invito a que lea el artículo "SALID DE
EN MEDIO DE ELLOS Y APARTAOS DICE EL SEÑOR"
Ya
sabe, debe levantarse y SALIR:
3ª
Juan 7: Porque
ellos SALIERON por
amor del nombre de Él, sin
aceptar nada de los gentiles.
Apocalipsis
18:4: Y
oí otra voz del cielo, que decía: SALID de
ella (Misterio
Babilonia), pueblo
mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis
parte de sus plagas;
Ya
sabe, ese
balido de ovejas y bramido de vacas le
están delatando. No le excusa perdonar
lo mejor de las ovejas y de las vacas, so
pretexto de sacrificarlas
a Yahweh su Dios,
cuando sabe bien que a su Dios todo
lo que está marcado con el hierro del Diablo, le es abominación,
aunque sea usted mismo (1ª
Sam. 15:14-15). Por
tanto debe mudar su piel (Jer.
13:23), para que en
esa piel vieja queden todas las marcas de los hierros extraños de la
bestia y vestirse la nueva piel de justicia
y santidad que Dios
le está ofreciendo desde hace mucho tiempo (Ef.
4:22-24).
¡Entonces podrá
recibir en su frente el sello del hierro candente del Dios
Vivo (Ap.
7:3), reservado
a los que no se
contaminaron con mujeres babilónicas y
siguen al Cordero por donde quiera que va (Ap.
14:4)!
Gracia
y paz en nuestro precioso Señor Jesucristo.
VER:
¡SE
ACABÓ LA DISCUSIÓN! EL SÍMBOLO NACIONAL DE ISRAEL NUNCA FUE EL
HEXAGRAMA (LA ESTRELLA DE DAVID)-
http://txemarmesto.blogspot.com/2011/03/se-acabo-la-discusion-el-simbolo.html
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